Uno de los errores más comunes que afectan a los escritores es el que se refiere a dejarse llevar por las modas literarias y lo que imponen los cánones comerciales y editoriales. Siempre recomiendo a los escritores que se olviden de esto y sigan su propia creatividad, que desarrollen el género literario que realmente les entusiasme, al margen de lo que diga el mercado que más se vende.
En las clases de escritura creativa se suele plantear este tema de debate: ¿debe influir el mercado y las modas literarias en lo que escribimos? Mi respuesta siempre es clara: no, no debe influir en absoluto. El escritor no debe pensar en ventas cuando escribe, ni en reseñas, críticas o lectores. Nada de todo eso debe influir en su narrativa.
Un escritor debe escribir lo que le estimule personalmente, lo que le entusiasme y le haga escribir con pasión. Punto. No debe dejarse contaminar por lo que le dicte una editorial, los lectores o las modas literarias de un momento dado.
Escribir lo que a uno le interesa y le apasiona, es también finalmente el mejor modo de disfrutar la escritura de una novela y de aportar una obra literaria de largo recorrido.

Aquí lo importante es la creación literaria. En el momento de escribir no importa nada más. Es el escritor y la página en blanco. Y la magia de las palabras que es capaz de construir una novela original. En las clases de escritura creativa suelo recomendar que los escritores que empiezan liberen su poder creativo sin ataduras ni influencias externas. Es así como puedes disfrutar la creación literaria y conseguir una obra de calidad capaz de ocupar su sitio bajo el sol en este mundo.
Los géneros literarios no deben ser una atadura para el escritor, sino un medio para experimentar, crear, fusionar e innovar. En suma, un camino para escribir con originalidad y aportar una voz literaria nueva y distinta.