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Semana Santa – Jueves Santo

Jueves Santo. Cena del Señor
¡Memorial de la muerte del Señor,
Pan vivo que a los hombres das la vida!
da a mi alma vivir solo de ti
y tu dulce sabor gustarlo siempre.
Lava mis manchas con tu sangre pura,
pues una sola gota es suficiente
para salvar al mundo del pecado.
¡Jesús, a quien ahora veo oculto!
Te pido que se cumpla lo que ansío:
que mirando tu rostro cara a cara,
sea dichoso viéndote en tu gloria.
Santo Tomás de Aquino

En Jueves Santo se conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos, en la que Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, donde Él se hace presente a través de la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y su Sangre, y el sacramento del Orden Sacerdotal, así como la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.
El lavatorio de pies queda reflejado también en el Evangelio de Jueves Santo:
Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo». Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza». Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos». Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios». Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor’: y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».
Hoy, Dios de la humildad, quiero pedirte por la Humanidad entera, para que logremos alcanzar el donde la Fraternidad, sentimos hermanados/as bajo la tutelo de tu amor.

ÁMENSE COMO YO LOS AMO
Esto es lo que les mando: que se amen unos a otros como yo los he amado. El Jueves Santo marca la etapa final de la Cuaresma. Con la Misa de la Cena de Jesús, entramos en el Triduo Santo de su Pascua.
Llenos de fervor y de calor divino realizamos los mismos gestos del Maestro y escuchamos la lección final de su magisterio. ¡Bendito sea Dios que nos permite vivir este momento tan impregnado de memoria pascual!
1. Ámense unos a otros
En la última cena, Jesús lava los pies a sus discípulos y les dice con un cariño muy especial: «Ámense unos a otros como yo los amo. Sean uno como el Padre y  yo somos uno. Así el mundo creerá que el Padre me ha enviado». Es su Palabra. Es su voluntad. Es su sueño. Amor de misericordia, de servicio, de solidaridad y de unión, porque «todo reino dividido por sí mismo se derrumba». Desde lavar los pies hasta comer su cuerpo, cada gesto y cada palabra tienen peso de compromiso. En la Cena Pascual de Jesús toda palabra es verdaderamente un evangelio de vida. Entrar en la Cena es vivir la dimensión pascual más profunda de la salvación.
2. Tomen: coman y beban
Igualmente hacemos memoria de aquel que dijo: «Esto es mi cuerpo que se entrega por ustedes». Este es el gran signo y gesto de la alianza definitiva del  Padre con el mundo: El pan consagrado y comido; el vino consagrado y bebido. Es el sello definitivo de la fidelidad de Dios y de su amor infinito. Tanto nos ama el Padre que envía a su Hijo para que nadie se pierda y tanto nos ama Jesús, que llega hasta al extremo de hacerse banquete sacrificado y expuesto sobre la mesa para ser comulgado, y así ser uno entre nosotros y formar su nueva humanidad. «Los que comemos un mismo pan, formamos un mismo cuerpo». ¿Te das cuenta lo que significa y exige comulgar el Cuerpo de Cristo? Comulgar a Cristo es recibir en comunión el cuerpo total de Cristo; no sólo la cabeza, sino la cabeza y los miembros.
3. Hagan esto en memoria mía
Y para que se haga memoria de este momento y de este signo hasta el final de los tiempos, consagra a los suyos para este ministerio. Unción y mandato: «Háganlo. Celebren esta Pascua y yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos». Esta  cena, desde ahora, se convierte en escuela de servicio, en mesa del Señor; en banquete que anuncia el reino futuro. A partir de esta palabra, la Iglesia celebra este banquete de presencia, de amor, de fe y de comunión. Y el pueblo vive el compromiso de ser lo que celebra: mesa de fraternidad, vino de amor y pan de solidaridad con los necesitados.
Para Reflexionar:
· ¿Qué implica para ti celebrar el Jueves Santo?
· ¿Qué gestos de la última Cena de Jesús iluminan más profundamente tu vida?

Lecturas bíblicas:
Libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14; Primera carta del apóstol San Pablo a los corintios 11, 23-26; Evangelio según San Juan 13, 1-15.

La Eucaristía
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y, por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.
Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre. Revivamos este gran don y comprometámonos a servir a nuestros hermanos.

El lavatorio de los pies
Jesús en este pasaje del Evangelio nos enseña a servir con humildad y de corazón a los demás. Este es el mejor camino para seguir a Jesús y para demostrarle nuestra fe en Él. Hay que recordar que esta no es la única vez que Jesús nos habla acerca del servicio. Debemos procurar esta virtud para nuestra vida de todos los días. Vivir como servidores unos de otros.

La noche en el huerto de los Olivos
Lectura del Evangelio según San Marcos14, 32-42.

32 Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo hago oración.»
33 Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia.
34 Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad.»
35 Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora.
36 Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»
37 Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar?
38 Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
39 Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras.
40 Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle.
41 Viene por tercera vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
42 ¡Levantaos! ¡vámonos! Mirad

Reflexionemos con Jesús en lo que sentía en estos momentos: su miedo, la angustia ante la muerte, la tristeza por ser traicionado, su soledad, su compromiso por cumplir la voluntad de Dios, su obediencia a Dios Padre y su confianza en Él. Las virtudes que nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, la generosidad y la humildad.

PERDÓN OH DIOS MIO – Agua Viva de Lourdes

Hermana Glenda – Solo dejame mirarte a la Cara

NO SOY DIGNO(HERMANA GLENDA)

Hermana Glenda – Tu me conoces JCC

Anunciación (Hermana Glenda: Hágase en mi)

Hermana Glenda – Amigo

HERMANA GLENDA – RECIBEME

Que brille tu rostro, Señor – Hermana Glenda

Tu me haz seducido – Hermana Glenda

Ubi Caritas

Maurice Durufle, Ubi caritas et amor

Ubi Caritas, 2008 Oklahoma All State Chorus




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