Como es tradición, la final de la 43 edición de la Super Bowl se convirtió un año más en una exhibición de patriotismo y deporte genuinamente americano, esta vez en Tampa, Florida. Los actos empezaron con el último héroe americano sobre el césped, el comandante Chesley Sully Sullenberger III, el héroe del Hudson, que recientemente hizo un amerizaje de emergencia en el río Hudson, en Nueva York, salvando a los 150 pasajeros que iban a bordo. Toda la tripulación del vuelo salió al estadio para saludar y recibir el aplauso de los aficionados.
A continuación Faith Hill cantó Waiting All Day for Sunday Night, acompañada de un coro de gospel, y después la actriz y cantante Jennifer Hudson interpretó el himno nacional.
Un escuadrón de seis aviones de combate sobrevoló el cielo e hizo estallar la euforia de los espectadores, que dieron la bienvenida al general David Petraeus, que fue el encargado de lanzar la moneda al aire para dar inicio al partido.
Al término de la primera parte, con los Steelers ganando 17-7, actuó Bruce Springsteen, que calentó aún más el ambiente.

Los Steelers de Pittsburgh ganaron la Super Bowl finalmente por 27 a 23 a los Cardinals de Arizona, y se convierte en el equipo más laureado de la historia de la NFL, con seis campeonatos. Detrás quedan los Dallas Cowboys, con cinco títulos.
El partido tuvo la emoción de las finales épicas y sólo se decidió al final, cuando en el último cuarto, a 40 segundos del pitido final, Santonio Holmes, de los Steelers, superó a tres defensores de los Cardinals para atrapar el balón que le lanzó el quarterback Bern Roethlisberger, consiguiendo un touchdown in extremis. Holmes fue elegido el jugador más valioso del partido.
Los Cardinals se quedaron a un paso de conseguir la hazaña, la primera Super Bowl de su historia. Antes del final, dos magníficos touchdown de Larry Fitzgerald, el último a 2:27 del final, consiguieron la mayor remontada de una Super Bowl, ya que iban 20-7 en el marcador cuando el tercer cuarto se acercaba a su fin.

Los Steelers empezaron con un fuerte ritmo y pronto se adelantaron en el marcador. Los Cardinals sólo entraron en el partido tras su primer touchdown, que les dejaba a sólo tres puntos de sus rivales (10-7).
Cuando quedaban una decena de segundos antes del descanso, se produjo una de las jugadas más espectaculares. El número 92 de los Steelers, James Harrison, sobre la línea de llegada de los rivales, interceptó hábilmente un pase letal de Kurt Warner, el quarterback de los Cardinals, e inició una formidable carrera por la banda derecha de 100 yardas, de punta a punta del rectángulo de juego.
Los defensores de los Cardinals sólo fueron capaces de neutralizarle a un metro de la línea de touchdown, justo antes de que sonara la bocina final. Demasiado tarde. El cuerpo de Harrison cayó dentro de la zona. Después de repasar la jugada varias veces, los árbitros dieron por bueno el touchdown, lo que convirtió la carrera de Harrison en la más larga de una final. La jugada fue decisiva y un duro golpe para los Cardinals, que se fueron tocados anímicamente a los vestuarios.
Era complicado remontar y hacer frente a la férrea defensa de los Steelers y aún así lo lograron, pero fueron incapaces de mantener la ventaja en los últimos dos minutos.
Cuando sonó el pitido final, los Steelers se llevaron la gloria de la Super Bowl, para euforia de unos y decepción de otros. Pero ambos dejaron un grandioso espectáculo.

Las mejores jugadas del partido

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