Es sabido que una de las principales claves para activar la economía y lograr un crecimiento estable, es lograr fuentes de energía económicas, más sostenibles y seguras. Con este objetivo, Estados Unidos se plantea numerosas medidas para incentivar fuentes energéticas que ayuden a impulsar el progreso del país.
Una de esas medidas la lleva a cabo el Departamento de Energía en colaboración con la Universidad de Nevada, que ha puesto en marcha el proyecto más ambicioso de la historia para detectar fuentes de energía geotérmica, mediante el cual serán revisados 500 lugares de una región que se llama la Gran Cuenca (Great Basin), una formación geológica que comparten los estados de California, Oregón, Nevada y Utah.
La energía geotérmica es la que se genera aprovechando el calor del interior de la Tierra, principalmente se trata de cuerpos de agua muy caliente o ventilaciones de vapor caliente, conocidas como géiseres. El agua caliente o el vapor emanado directamente del suelo son capaces de mover turbinas y generar electricidad, de ahí que sean consideradas como una fuente de energía alternativa y viable a la extracción de hidrocarburos. Entre sus principales ventajas destaca el menor impacto ambiental que provoca, en comparación con el petróleo o el carbón, ya que produce residuos mínimos y también menores emisiones de CO2 que otras fuentes energéticas.

El proyecto de la Universidad de Nevada tiene como objetivo elaborar un mapa completo para que sea aprovechado por las autoridades y la industria geotérmica, de esta forma se reducirían considerablemente los gastos de exploración y prospección. Hasta el momento se han identificado 250 sitios, y ahora se pasará a una segunda etapa en la cual cinco o seis de estos emplazamientos, considerados potencialmente viables para la explotación geotérmica, serán estudiados con más detalle.
La región conocida como la Gran Cuenca es una extensa zona árida, localizada en el oeste de Estados Unidos, entre la Sierra Nevada y la cordillera Wasacht. En ella hay bastantes lagos salados, planicies desérticas y algunas chimeneas de vapor.
Este proyecto de prospección tiene un presupuesto de un millón de dólares, que proceden de un fondo gubernamental denominado American Recovery and Reinvestment Act, de 2009 (Acta de Recuperación y Reinversión). La duración total del proyecto será de dos años y busca marcar 250 lugares por año, con una evaluación sobre su potencial energético y los posibles costos de inversión.
Los investigadores del Colegio de Minas y Geología de la universidad tienen planeado hacer levantamientos o imágenes en tercera dimensión (3-D) en los lugares con mayor potencial de generación de energía, para así facilitar a la industria geotérmica tomar decisiones y poder obtener más apoyos financieros para el proyecto.

Jim Faulds, geólogo y profesor de la Universidad de Nevada en Reno e investigador principal del proyecto, cuenta con la colaboración de un equipo de seis investigadores y numerosos estudiantes, que trabajan sobre diversos aspectos de investigación. Según Faulds, de un total de 463 sitios geotérmicos a analizar, se han estudiado y caracterizado más de 250 en el último año.
Para el análisis se han empleado registros ya existentes y estudios de campo. Ahora, Faulds y su equipo van a profundizar en las investigaciones, con el propósito de desarrollar mejores métodos y herramientas para la exploración geotérmica. Esto será crucial, si se tiene en cuenta que gran parte de los recursos geotérmicos de la zona no cuentan con expresiones superficiales. Es decir, alrededor de dos tercios de los recursos existentes en la denominada «Gran Cuenca» no pueden advertirse a través de manifestaciones en la superficie terrestre, como por ejemplo aguas termales. En consecuencia, la única forma de determinar las riquezas existentes a más de 1.500 metros de profundidad es a través de la investigación científica.
De esta forma, una mejor caracterización de los sistemas geotérmicos existentes es fundamental para concretar nuevos descubrimientos, apuntando a aquellos sitios en los cuales las perforaciones tengan más probabilidades de tener éxito. Algunos de los puntos a analizar son los patrones de fallas y fracturas, las condiciones de estrés y los intervalos estratigráficos.
Con las conclusiones que se obtengan, la energía geotérmica podría experimentar un nuevo impulso y alcanzar el objetivo de determinar los puntos exactos que podrían garantizar una mayor producción energética.