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Adelgazar


Adelgazar es una de las cuestiones que más preocupan a las sociedades occidentales, aquejadas de problemas de sobrepeso, producto de determinados estilos de vida. Existen numerosas dietas y planes de adelgazamiento. Las mujeres, sobre todo, han seguido alguna de ellas en algún momento de sus vidas.
Lo que debe saberse es que adelgazar es una cuestión de actitud, disciplina y perseverancia en el tiempo. Unos hábitos saludables son la clave y no dietas milagro, que sólo solucionan el problema del sobrepeso temporalmente.

Unos consejos que siempre se han de recodar:
Determina si debes adelgazar
Haz ejercicio
Fuerza de Voluntad
Cambia de hábitos y adquiere
hábitos saludables
No existen fármacos ni dietas milagro
Conoce las propiedades de los alimentos
Paciencia
Perseverancia
Disciplina
Disociar los alimentos
Sigue una alimentación sana y
equilibrada
No comas más de lo necesario

Si el sobrepeso es mayor de 5 kilos, siempre se debe acudir a un especialista, ya que pueden existir trastornos hormonales o de otro tipo que requieren un diagnóstico previo antes de seguir una dieta. Si nos lanzamos a adelgazar con una dieta sin control, no sólo no se perderá peso, o se perderá temporalmente, sino que además se perjudicará seriamente la salud.
Si el sobrepeso son 2 o 3 kilos, una fórmula adecuada, especialmente para las mujeres, es hacer una dieta disociada, basada en la separación de los distintos alimentos en el tiempo, a lo largo del día, haciendo varias comidas. Así se impide el aprovechamiento eficaz de los nutrientes, el organismo debe utilizar sus reservas grasas, y se consigue el objetivo de adelgazar.
La forma más saludable de seguir este tipo de dietas consiste en separar en las principales comidas los alimentos de los dos grandes grupos existentes: los hidratos de carbono y las proteínas.
De esta forma se come de todo a lo largo del día y no se corre el riesgo de padecer deficiencias nutricionales, un riesgo que hay que cuidar cuando se hace dieta.
10 consejos fáciles para perder peso:

1. Cada día haz cinco comidas: tres completas y dos tentempiés (a media mañana y a media tarde). El comer incrementa el metabolismo y se queman más calorías.

2. Abandona la mesa cuando hayas saciado tu apetito. El estómago se educa; puedes hacerlo garnde como un pozo sin fondo o algo razonable a tu constitución física; está en tu mano y en tu boca lo grarlo. Recuerda que no es lo mismo sentirse satisfecha que llena.

3. Adereza las comidas con hierbas (perejil, estragón, tomillo, laurel…), condimentos aromáticos (cebolla, ajo, limón, vinagre…), y diversas especias (canela, curry, azafrán…).
4. Una opción: las carnes y los pescados pueden cocinarse a la parrilla o estofarse con aromas y poco aceite.

5. Elimina o reduce considerablemente de la dieta los alimentos con mucha sal. Evita los quesos, las carnes y los pescados ahumados y verduras en conserva.

6. Bebe agua o zumo (naranja, limón o pomelo) antes de comer, en lugar de después. Se ha comprobado que ayuda a mantener la línea porque desintoxica el aparato digestivo y disminuye el apetito.
7. Es altamente recomendable comer verdura y fruta: contienen muchos minerales y vitaminas, aportan calorías y sacia el apetito. Son preferibles las patatas (hervidas), lechuga, cebolla, hinojo, espárragos, calabazas, judías tiernas, pimientos y champiñones. Sin embargo debe evitarse la berza.

8. Bebe mucha agua, ya que elimina los productos de desecho y los residuos de sal estancada en el cuerpo. Es recomendable beber agua antes de acostarse para diluir los ácidos úricos y también por la mañana para combatir el estreñimiento.

9. Para la cocción de verduras, usa la olla a presión que conserva mejor los sabores.
10. Una forma de controlar el peso es comprar alimentos bajos en calorías y evitar comer dulces y grasas en exceso.

Dieta de la Zona. Es la dieta más seguida en Hollywood.
Es preciso saber que esta famosa dieta lo que hace, más que ayudar a adelgazar, es ayudar a mantenerse en forma, aumentar la energía y llevar una alimentación sana.
La dieta de la Zona la creó el Dr. Barry Sears hace más de 15 años para tratar caridopatías y diabetes. Pero debido a sus beneficios, la siguien numerosos famosos como Madonna, Jennifer Aniston, Brad Pitt o Cindy Crawford.
-¿En qué consiste? El punto central de esta dieta consiste en equilibrar los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Así, al ingerir más carbohidratos que proteínas, el cuerpo usa la grasa que tenemos de sobra para transformarla en energía diaria.
Cada uno debe controlar las cantidades que ingiere ya que las cantidades de alimentos se basan en el peso, el porcentaje de grasa corporal y la actividad física de cada uno.
Se aconseja realizar cinco comidas al día, dos de las cuales deben ser ligeras. Es importante no estar más de cuatro horas sin comer ya que de lo contrario se dispara la tasa de insulina y se alteran los niveles de azúcar en la sangre.
– Principales beneficios:
. Mejora la salud y aumenta nuestra energía y nuestra vitalidad
. Controla las funciones hormonales del organismo y mantiene la insulina en sus niveles óptimos
. Reduce los síntomas del envejecimiento
. Ayuda a disminuir los síntomas de algunas patologías como hipertensión, diabetes, cáncer, menopausia…
– Propuesta de menú para seguir esta dieta:
Desayuno
Tostadas de pan integral con jamón o pavo y café sólo poco cargado.
Dos yogures desnatados, con muesli (no azucarado) y café o te rojo.
Media mañana/tarde Una pieza de fruta (pera, manzana) y cinco almendras o avellanas.
Un postre de soja y frutos secos.
Comida/ cena Una proteína (pechuga pollo 120 grs; 120 pechuga pavo, hamburguesa pollo-pavo; atún 140 grs; salmón 180 grs, merluza 180 grs).
Un hidrato de carbono: col, coliflor, brecol, judías verdes, tomate, lechuga) y cualquier fruta.
Un consejo: Antes de seguir esta dieta, se debe consultar con el médico. En general, los niños, las mujeres embarazadas y las personas en tratamiento médico continuado deberán abstenerse de llevar a cabo este tipo de regímenes.

A continuación se citan algunos de los mitos o equívocos que suelen circular por ahí y que la ciencia ha desmentido.
Para adelgazar hay que hacer una sola comida al día: Falso. Hay que hacer desayuno, comida y cena, intercalando tentempiés.
La fruta no engorda: En general, engorda menos que otros alimentos, pero hay algunas frutas que sí engordan, como los higos o los plátanos.
Hay alimentos que adelgazan porque ‘se comen la grasa’ o porque se gasta más energía en digerirlos que la que dan: No es cierto. Todos los alimentos engordan, aunque unos más que otros.
Las vitaminas engordan: No sólo no engordan (por sí mismas), sino que son fundamentales para nuestra salud. Otra cosa es que un alimento con vitaminas engorde, pero no engordará por ellas, sino por su contenido en grasas, hidratos o proteínas.
Para adelgazar, conviene no comer pan: Mito muy generalizado. No es cierto, pues el pan aporta nutrientes importantes, como hidratos, fibra, proteínas y ciertos minerales. Lo que sí puede ser conveniente es reducir la cantidad ingerida, ya que también aporta calorías.
Las bebidas con gas engordan: Si engordan, será por el azúcar que contienen, pero no por el gas, aunque éste sí que puede producir otros efectos indeseables, sobre todo en los niños, como hinchazón del estómago o flatulencia.
No se debe comer entre horas, una determinada ingesta a media mañana engorda más que durante la comida: Engorda lo mismo. Lo que sí puede ocurrir es que se escojan para “picar” productos que engordan más y menos sanos que los que se toman en la comida.
El agua engorda: No sólo no aporta ni una caloría, sino que es conveniente y beneficioso tomarla en abundancia, en torno a los dos litros al día. Además, llena el estómago y da sensación de saciedad. Por otra parte, es indiferente el momento en que se tome, y si es durante la comida o entre horas.
La mayoría de las dietas recomiendan beber mucha agua, unos dos litros diarios, pero hasta ahora no se había demostrado que, aparte de un efecto depurativo, ello tuviese algún resultado sobre la reducción de peso. La investigación se realizó sobre 14 personas de peso normal, la mitad hombres y la mitad mujeres, que bebieron el agua bajo estricta observación científica.
A los 10 minutos de beber medio litro de agua, los índices metabólicos de los sujetos estudiados, tanto en los hombres como en las mujeres, reflejaron un aumento de la quema de calorías que alcanzó un nivel máximo del 30% a los 30-40 minutos, comenzando luego a descender hasta alcanzar su nivel normal al cabo de varias horas.
Según el equipo dirigido por Michael Boschmann, del centro de investigación clínica Franz-Volhard de Berlín, este efecto, aunque real, no deja de ser modesto, por lo que el aumento de consumo de agua sólo debe ser considerado como un factor coadyuvante más en el marco de un plan de adelgazamiento serio. Los investigadores estiman que una persona que aumentase su consumo de agua en 1,5 litros diarios (incremento éste muy elevado), al cabo de un año habría quemado unas 17.400 Kilocalorías suplementarias, lo que supondría una pérdida de peso de 2 kilos aproximadamente. Esto es: aumentar el consumo de agua en 6 vasos supone quemar 48 Kcal más.
Este estudio descarta la creencia ampliamente arraigada entre personas a régimen de que beber mucha agua adelgaza porque elimina grasas del organismo.
Si se abandona temporalmente un régimen, hay que comenzarlo de nuevo desde cero: No es cierto, pues basta con continuarlo, aunque no hay que despreciar los perjuicios producidos durante el abandono.
Sudar adelgaza: La costumbre de hacer ejercicio con ropa que transpire poco o muy abrigados, para sudar más, es equivocada e incómoda. Se pierde más peso, es cierto, pero sólo de agua, que se recupera en cuanto se bebe lo necesario. Únicamente el ejercicio realizado nos hace quemar calorías, con independencia de que se sude mucho o poco.
A partir de los 40 ó 50 es inevitable engordar: No es verdad, lo que ocurre es que baja el metabolismo. Si seguimos comiendo lo mismo y además reducimos la actividad física, engordaremos inevitablemente. Por eso hay que comer en cada edad lo necesario, pero no más.
La sal engorda: Tomarla en exceso produce elevación de la tensión arterial y por eso conviene reducir su ingesta. Respecto al peso, hace que retengamos más agua, pero ésta no engorda.
Los hidratos engordan mucho: Por unidad de peso engordan algo menos que las proteínas, y mucho menos que las grasas.
Para adelgazar hay que pasar hambre: No es necesario ni conveniente, pues el hambre puede producir un efecto de rebote, y podemos tender a ‘darnos el atracón’ tras pasar hambre. Otra cosa es la ‘gula’, que sí habrá que controlar, sobre todo por ciertos alimentos que nos apetecen, engordan mucho, y no nos convienen.




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