Si alguien tenía alguna duda, Trump se ha encargado en este año y medio de demostrar que es un presidente fuerte, sólido, con las ideas muy claras de lo que quiere y que aplica las estrategias necesarias para conseguirlo. Sin concesiones a los medios progresistas que llevan manipulando la cobertura sobre su presidencia desde el minuto cero ni a los lobbies que pululan por Washington D.C.
Sólo desde una acción presidencial fuerte y sin titubeos podemos entender los éxitos que se está apuntando el presidente en estas últimas semanas. La negociación con el régimen de Kim Jong-un se centrará en lo que interesa a Estados Unidos: la desnuclearización de Corea del Norte. El tema inmigratorio ha dado un salto enorme al tomar Trump la decisión de desplegar la Guardia Nacional en la frontera con México y acabar con la política de capturar y liberar a los inmigrantes indocumentados, los cuales serán retenidos hasta su deportación. Las nuevas sanciones a funcionarios y empresas de Rusia marcan otro hito importante al aplicar una política de firmeza con el régimen de Vladimir Putin. En la práctica las medidas adoptadas contra Rusia son más duras y efectivas de las que nunca adoptó Obama. La posición flexible pero firme sobre el conflicto sirio permite mantener bajo control un auténtico nido de avispas venenosas sin perder o malgastar ninguna opción. Tampoco la militar, como se ha demostrado con el último ataque.
Trump está desarrollando una política de negociación hábil con China. Acuerdos comerciales, sí, pero justos. Los aranceles y la protección de la propiedad intelectual estadounidense han puesto a China en su sitio como no sucedía desde hace décadas. El comercio bilateral va a beneficiar a Estados Unidos de forma importante.

La acción presidencial también se ha centrado en estas semanas en los abusos de posición dominante de empresas como Amazon para que paguen impuestos justos y compitan en un plano de igualdad con el comercio tradicional.
La política económica de Trump está permitiendo crear empleo de forma expansiva en todos los sectores, incluyendo altas tasas de empleo para negros e hispanos, así como sueldos más elevados y beneficios empresariales que crecen al ritmo del 14% en el primer trimestre del año. Algo que ya se está traduciendo en el incremento de apoyo ciudadano al presidente en todas estas comunidades.
La fortaleza de Trump es su determinación de aplicar políticas estratégicas que logren resultados positivos al margen de presiones mediáticas, del establishment y de posiciones políticamente correctas. Es un presidente fuerte que sabe mantener su criterio y flexibilizarlo cuando es necesario para conseguir éxitos reales y tangibles. Así es como está logrando no sólo sacar adelante la agenda MAGA, la más conservadora y exitosa en décadas, sino derrotar al Estado Profundo y colocar al país en el camino correcto. Las encuestas reflejan la tendencia al alza en la aprobación de los ciudadanos del presidente Trump. Un indicio claro de que sus políticas son buenas para el país y su reelección está más cerca en 2020.