Un informe de BirdLife International pone de relieve una de las noticias más alarmantes en el ámbito ecológico: de las 11.000 especies de aves que habitan en el planeta, el 40%, es decir, 4.000, están en un claro retroceso de población y una de cada ocho en situación de amenaza. La principal causa de esta situación de declive es la intensificación agraria, según documenta este informe, que apunta que  muchas de las especies que se encuentran en mayor peligro de extinción son aves llamadas “comunes”, las más cercanas al ser humano. El factor determinante de que las poblaciones de aves disminuyan es el aumento incontrolado de la población humana y, sobre todo, de sus prácticas de consumo y explotación del medio ambiente.
Cabe destacar, en lo que a España se refiere, que entre las especies amenazadas está la tórtola europea, una especie que ha reducido sus poblaciones en un 25 % en 20 años en la Península Ibérica, así como otras especies tan populares como el frailecillo atlántico, el loro gris o el búho nival.
Según señala el informe de Birdlife, la intensificación agrícola afecta al 74 % de las especies amenazadas de aves, la tala indiscriminada al 50 %, la presencia de especies exóticas invasoras al 39 % de estas especies y la caza o captura ilegal al 35 %. Datos que deben hacernos reflexionar y tomar medidas para salvaguardar los hábitats de las aves. Además, por si esto fuera poco, que no lo es, los cambios climáticos ya afectan al 33 % de las especies globalmente amenazadas y agrava los problemas que sufren el resto de aves.

Pero siguen siendo las prácticas humanas las que más perjudican, como el uso de insecticidas neurotóxicos o neonicotinoides, que son responsables de la pérdida de masa corporal y de las reservas de grasa de muchas aves, así como de su orientación migratoria. Un problemón verdaderamente grave que sigue creciendo.
Datos que ponen de manifiesto el continuo deterioro de las aves en el mundo, el cual debe de afrontarse como un problema ambiental, social y económico si queremos revolverlo.
No olvidemos nunca que las malas noticias para las aves significan malas noticias para el planeta y para todos los que vivimos en él. Las aves nos alertan de problemas que subyacen.