Una de las claves para la recuperación de los ecosistemas más valiosos y el medio ambiente, es la reforestación de zonas de especial valor ecológico, como son las extensas áreas boscosas de América Latina, que son algunos de los verdaderos pulmones de la Tierra.
Junto a la reforestación han sido determinantes los trabajos que se han impulsado desde el Instituto Smithsoniano para Investigaciones Tropicales, un centro específico que tiene la Smithsonian Institution en Panamá, que es un centro de estudios financiado por el gobierno de Estados Unidos, fundado en 1846 y que actualmente tiene nueve centros de investigación y 19 museos, algunos de los cuales están en Washington D.C. en la zona conocida como el Mall, que une al Capitolio con el Obelisco a Washington y la Casa Blanca, una de las zonas más interesantes de visitar.
En especial en los últimos 20 años, los expertos en reforestación han realizado un gran trabajo en América Latina, donde se ha aprendido mucho con los programas abiertos. Así, si a fines de los años 80 sólo se usaban cuatro especies de árboles para reforestar bosques y selvas dañadas, como el pino, el encino, la caoba y el eucalipto, ahora se usan más de 50 especies diferentes, siempre con plantas nativas y que tienen más posibilidades de sobrevivir y adaptarse.

El salto de calidad se ha producido por la información científica que se tiene actualmente y que se ha aprendido con la acumulación de experiencias prácticas en estos 20 años, lo que está permitiendo impulsar nuevas reforestaciones más eficaces y con especies nativas, lo cual es muy importante. Lo vemos con un ejemplo: una hectárea de bosque reforestado con árboles importados tarda 20 años en proporcionar los mismos servicios de liberación de oxígeno y captura de carbono que el bosque original, además son bosques estériles porque no se recupera su biodiversidad: plantas y animales vertebrados que ya no regresan. En cambio, cuando se reforesta con especies nativas el crecimiento es más rápido y también la diversidad de vida se regenera. En sólo 10 años se recuperan los mismos servicios de captura de carbono y liberación de oxígeno y en estos casos sí regresa una parte de la biodiversidad perdida.
Los avances en reforestación van a ser claves en la recuperación de los bosques latinoamericanos. No debemos olvidar que los bosques y selvas de América Latina son uno de los patrimonios más ricos de la humanidad y con una reforestación adecuada, que hace años no estaba avanzada y ahora sí, podemos alcanzar numerosos objetivos en distintos países.

Son muy destacables, por ejemplo, los casos de reforestaciones realizadas con gran éxito en los bosques mexicanos, con una buena gestión forestal, reconocida internacionalmente, en Sierra Norte de Oaxaca, en Michoacán, en Durango y en Chihuahua.
La participación del Instituto Smithsoniano para Investigaciones Tropicales y de otros centros autóctonos de América Latina en una reforestación inteligente y activa, seguirá siendo determinante para recuperar el rico patrimonio selvático de esta región de incalculable riqueza natural que debemos proteger como una prioridad inter-generacional de primer orden.