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USAID – Planes contra el hambre

En contra de gran parte de la opinión pública mundial, que piensa que Estados Unidos no realiza trabajos en favor del desarrollo mundial, en gran medida influenciados por medios de comunicación agresivos contra los estadounidenses, por ideología o intereses, es preciso poner de relieve que Estados Unidos ha sido precisamente el gran motor de desarrollo en el mundo, y especialmente en los países subdesarrollados, donde ha llevado a cabo proyectos de progreso tangibles que han beneficiado a millones de personas.
Una de las últimas iniciativas norteamericanas que contribuyen al desarrollo es la creación de una oficina encargada de combatir el hambre en el mundo mediante planes agrícolas, adscrita a la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). Lo que hará esta oficina es potenciar el sector agrícola en los países en desarrollo, que es esencial para el crecimiento de sus economías y el aprovechamiento de todo su potencial.
Como señala acertadamente el informe sobre el hambre 2011 de la organización Bread for the World, para afrontar la raíz de la causa del hambre y la desnutrición, necesitamos invertir en las pequeñas granjas y enfocar nuestros esfuerzos en integrar la nutrición con el desarrollo de la agricultura, a través de una propuesta guiada por cada nación.

Esta nueva Oficina de Seguridad Alimentaria de USAID se encargará de coordinar las políticas del presidente Obama para el programa «Feed the Future» (Alimentar el Futuro), que es un esfuerzo internacional liderado por la USAID para desarrollar el sector agrícola de una veintena de países en vías de desarrollo. Una herramienta vital para sacar de la miseria a millones de personas y darles esperanza y un modo de vida digno.
Entre los países que colaborará con esta oficina federal está España, por su experiencia en el desarrollo de políticas agrícolas; un activo importante a la hora de diseñar y llevar a cabo los planes de asistencia agrícola.
Además, esta colaboración con España ya ha sido importante para establecer el fideicomiso del Banco Mundial y para demostrar el liderazgo en el África Subsahariana en alimentos y agricultura.
De nuevo Estados Unidos se pone a la cabeza de un proyecto que podría cambiar el futuro de decenas de países, hundidos ahora en la pobreza. La idea es impulsar los planes de inversión de los países avanzados para que inviertan en el desarrollo agrícola y en los pequeños granjeros, como solución eficaz a la extrema hambruna y pobreza.

De momento Estados Unidos ya ha comenzado los contactos con países como Tanzania, Ruanda, Ghana y Uganda para trabajar con 6,5 millones de pequeños granjeros, muchos de ellos mujeres, para centrarse en la cosecha de determinados productos para transformar el sector y luchar contra el hambre y la malnutrición con programas adaptados a cada mercado.
Estos programas agrícolas pueden hacer que se combinen factores agrícolas, sociales y nutricionales que permitan los cambios necesarios en estos países, en especial pensando en el desarrollo infantil, la gran esperanza de futuro para estos países.
Como parte de este esfuerzo, Estados Unidos ya se comprometió en la cumbre del G8 en L’Aquila (Italia) a aportar 3.500 millones de dólares a lo largo de tres años al fondo de 20.000 millones de dólares comprometidos para combatir el hambre en el mundo.
La clave para el éxito de esta oficina de USAID y de sus programas agrícolas estará en la capacidad de llevar la asistencia adonde se necesite de forma ágil y efectiva y en los cambios que se sucedan dentro de cada país, una vez impulsados estos proyectos de largo alcance.
Los planes agrícolas no sólo beneficiarán a los países en desarrollo sino que los países más avanzados tendrán también beneficios tangibles. Hay que recordar que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha pronosticado recientemente que los precios de los alimentos podrían subir en 2011 y los años próximos, algo que ya es una realidad, a menos que aumente la producción agrícola de cultivos importantes, lo que se podría conseguir con estos proyectos de USAID.

Según la FAO, se espera que los alimentos importados para los más pobres del mundo se hayan incrementado el 11 por ciento en 2010, y el 20 por ciento en el caso de los países con ingresos bajos y déficits alimentarios. Bread for the Word ha apuntado que estos datos hacen necesarios planes agrícolas para que las familias sin recursos de las áreas rurales puedan resistir y hacer frente a los volátiles precios de los alimentos.
De manera que tanto desde el punto de vista de los países en desarrollo como de los países desarrollados, el trabajo de esta oficina de Seguridad Alimentaria de USAID y los planes a efectuar, se presentan como vitales para el futuro de todos.




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