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El sistema educativo en Estados Unidos

Uno de los grandes recursos de Estados Unidos nada tiene que ver con su poder militar, industrial o tecnológico, y sin embargo es la base de todo ello. Su sistema educativo y la formación continua de los trabajadores a lo largo de la vida, son las herramientas que hacen posible el liderazgo estadounidense y la excelencia profesional en diversos ámbitos.
En Estados Unidos la enseñanza básica, el jardín de infancia, la primaria y la secundaria, suman un total de 13 años de educación obligatoria, y la educación pública está dividida en cuatro niveles básicos: preescolar, primaria, secundaria y estudios superiores.
Es importante apuntar que no existe un sistema nacional de educación como tal, por lo que se aprovecha mucho mejor la diversidad que ofrece cada estado, adaptando la educación de forma local y a las comunidades. Existen unos estándares federales, pero a partir de ahí la libertad convierte al sistema estadounidense en uno de los más creativos y sólidos del mundo.

La base del apoyo federal a la educación primaria y secundaria se remonta a 1965, cuando se promulgó la Ley de Educación Primaria y Secundaria, conocida por sus siglas en inglés ESEA (Elementary and Secundary Education Act).
El gobierno federal no administra las escuelas y cada uno de los estados cuenta con su propio Departamento de Educación, el cual establece las reglas que deben cumplirse. Las escuelas del sistema público y las universidades reciben fondos del estado al que pertenezcan.
En su mayoría, el control de las escuelas recae en cada uno de los distritos escolares y el Concejo Directivo Escolar establece las políticas generales, diseñan las políticas de enseñanza, contratan a directores, profesores, administradores y supervisan el funcionamiento general de la escuela. El gobierno federal se limita a prestar asistencia a los estados y las escuelas.
En preescolar, los jardines de infancia son conocidos como «kindergarden» o «Pre-K» y ofrecen educación preescolar a niños y niñas entre los cuatro y los cinco años de edad. Los «Pre-K» son patrocinados por el gobierno estatal y varían de un estado a otro, según las necesidades de cada zona.
En los últimos años hay una tendencia muy interesante para mejorar los programas educativos para edad preescolar, toda vez que se ha demostrado que a edades tempranas los niños asimilan mejor y más fácilmente los conocimientos. Además cuentan con el servicio de alimentación o comedor incluido.
La educación primaria es la etapa que transcurre desde el «Kindergarden» hasta el quinto grado (K-5). La edad de ingreso es por lo general de 5 o 6 años. Al igual que en los «Pre-K», los padres deben probar su lugar de residencia y sus ingresos económicos para formalizar la inscripción. Así, los ingresos familiares son los que determinarán el coste de la alimentación del estudiante. En la primaria se incluye el transporte escolar mediante los emblemáticos autobuses de color amarillo, que forman parte del paisaje de Estados Unidos. Además, algunas escuelas ofrecen clases y actividades extracurriculares, como música, deportes, escritura creativa o pintura, entre otras.


La educación secundaria empieza al completar el quinto año de enseñanza primaria. En Estados Unidos está dividida en «Middle» o «Junior High» (primer ciclo) y «High» (segundo ciclo). Este programa en unos estados se conoce como «Middle» y en otros como «Junior High», y empieza desde que el niño tiene por lo general 11 o 12 años de edad, y se extiende entre el sexto y octavo grado de educación. En esta etapa los padres también deben presentar una serie de datos que avalen la solicitud de ingreso en la escuela: las vacunas, las direcciones que demuestren el lugar de residencia de los padres, etc. En secundaria los programas extracurriculares están enfocados a clubes de matemáticas, ciencias, letras, Historia, teatro, danza, canto, patinaje, deportes, etc, conformando una completa oferta aparte de las clases.
En el último año, se realizan exámenes estatales para determinar el nivel del estudiante y se lleva a cabo la graduación, que supone una tradición importante en las familias americanas.
La etapa de High School se extiende entre los grados nueve y doce, y los jóvenes ingresan con una edad aproximada de entre 14 o 15 años. Al igual que los anteriores niveles, los estudiantes deben presentar sus vacunas y el ingreso económico de sus padres. En esta etapa las clases extracurriculares son más numerosas y están enfocadas a ofrecer al estudiante una amplia gama de materias que tengan relación con la vida universitaria. Estos programas extracurriculares se centran en la preparación de los exámenes de ingreso a la universidad o para postular a empleos federales como la oficina de Correos, el cuerpo de Bomberos o bien la academia de Policía de la ciudad.
En Estados Unidos es habitual que los maestros ofrezcan sus servicios como tutores para guiar a sus estudiantes en la búsqueda de becas universitarias o como asesores para elegir carrera.
En el último nivel se lleva a cabo la graduación, que supone otra tradición importante en las familias americanas, y la famosa «Prom» o fiesta de graduación, no menos tradicional en la vida de los estudiantes estadounidenses, que culmina con una foto para el anuario de la escuela.
Respecto a los estudios superiores, hay establecidas varias divisiones, desde la colegiatura -ciclo básico universitario- o «College» (los dos primeros años), pasando por la licenciatura (cuatro años) hasta llegar a la maestría y el doctorado. Estas últimas son consideradas especializaciones universitarias.
Los «College» o «Community college» pueden proveer los primeros dos años de carrera profesional, seguido de una transferencia a un programa de cuatro años en una universidad.
Estas escuelas, que no deben confundirse con escuelas técnicas, son más baratas y en su mayoría son patrocinadas por el Departamento de Educación. Actualmente existen 1.151 de estos centros en Estados Unidos; 1.004 públicos, controlados por el estado o distritos locales, y los restantes son privados. El ingreso al «College» o a la Universidad es similar y exige exámenes de acceso como el «SAT», una prueba que evalúa las destrezas del estudiante en distintas áreas, como matemáticas, Historia o inglés.
En el caso de los estudiantes extranjeros, las escuelas postsecundarias les exigen el llamado «TOEFL» (Test Of English as a Foreign Language – «Prueba de inglés como segunda lengua») que determina la capacidad del estudiante para desenvolverse en inglés a nivel universitario.
La Universidad está regulada por una serie de normas del Departamento de Educación, ya sean universidades públicas o privadas y los requisitos para ingresar se basan en varios criterios, entre ellos el plan de estudios del alumno y el promedio de calificaciones (GPA), y la puntuación en los exámenes SAT o ACT, redacción de ensayos y también entrevista personal.
Una de las características de la vida universitaria estadounidense es que es cara en la mayoría de los estados. Aunque las universidades públicas están financiadas por el gobierno, el coste puede oscilar fácilmente entre US$ 7.000 y US$ 20.000 dólares por año académico. Una cifra que no incluye los costes de libros, transporte, vivienda y alimentación. Si hablamos de universidades privadas, el coste se dispara mucho más.

Todos los programas de licenciatura universitaria requieren que el alumno complete un mínimo de horas crédito antes de graduarse y la mayoría de los programas de licenciatura no requieren que el alumno haga una tesis final, aunque algunos sí.
La maestría y doctorado son la última etapa. Al finalizar los cuatro años de universidad, el estudiante recibe su diploma en la disciplina que haya cursado.
La gran mayoría de las universidades ofrecen programas de especialización o maestrías, que requieren que los alumnos obtengan una puntuación mínima en el Examen de Registro de Egresados de Licenciatura, GRE, el cual examina las aptitudes verbales, cuantitativas y la redacción analítica. Después de este nivel, siguen los doctorados, que son los niveles de especialización más avanzados.
Los programas de maestría requieren una tesis final y los alumnos de doctorado toman cursos hasta obtener las suficientes horas crédito que les permitan hacer los exámenes que los calificarán como doctores. Estos exámenes generalmente duran varios días y frecuentemente incluyen pruebas escritas y orales. Después de que el alumno de doctorado ha aprobado los exámenes de calificación, pasan a ser candidatos y pueden empezar a escribir su disertación. Antes de obtener el grado de doctor, la disertación completa se tiene que defender ante el cuerpo docente del alumno.
El dinero del gobierno federal sirve para financiar distintos programas de interés en los estados, por ejemplo para la mejora de la calidad de los maestros, programas de aprendizaje de inglés para inmigrantes, becas para estudiantes necesitados, programas informáticos, etc.
Los planes de estudios en Estados Unidos tienen algunos propósitos esenciales: organizar la enseñanza y el aprendizaje de contenidos básicos; adquirir y desarrollar habilidades intelectuales que permitan al estudiante aprender permanentemente y con independencia. Algo fundamental en un sistema educativo verdaderamente libre. La formación continua y la capacidad de pensar y formular opiniones por uno mismo, es la base del sistema estadounidense.
También son objetivos fundamentales adquirir los conocimientos necesarios para comprender los fenómenos naturales, en concreto los relacionados con la salud, el ambiente, el uso racional de recursos naturales, las nuevas tecnologías, y formar eficazmente al individuo mediante conocimientos de sus derechos, sus deberes y la práctica de valores humanos. Lo que contribuye a formar ciudadanos que aportan valor a la comunidad y a la sociedad.
Asimismo, el sistema educativo pone especial énfasis en potenciar el desarrollo de actividades que valoren el aprecio y el disfrute de las artes y del ejercicio físico y deportivo.
El sistema educativo ha desarrollado también programas especiales para aquellos estudiantes que no pueden ingresar al sistema regular, por ejemplo los destinados a los niños que no hablan inglés, así como programas para niños discapacitados con condiciones específicas especiales.
En contra de lo que reflejan algunas noticias aisladas, las escuelas estadounidenses públicas son seguras, con fuertes medidas internas de seguridad y comportamiento, y tan sólo en algunas escuelas secundarias de barrios peligrosos aparecen problemas de violencia, drogas, alcohol o pandillas.
Uno de los aspectos novedosos del sistema educativo en las fases de primaria y secundaria, es la necesidad de que el alumno realice unas 60 horas de trabajo comunitario, lo que enseña a los alumnos la importancia de la comunidad.
El sistema de evaluación que se aplica es continuo, lo que permite realizar un seguimiento eficaz del proceso de aprendizaje de los alumnos.
En Estados Unidos la educación es obligatoria para todos los alumnos hasta los dieciséis años y según la Oficina del Censo, el 85% de los alumnos se gradúan de secundaria y la mayoría de estos alumnos lo hace a la edad de diecisiete o dieciocho años. Actualmente, alrededor de tres cuartos de los alumnos que se gradúan de secundaria asisten a una escuela de educación superior o a la universidad.


No obstante, existen problemas que afectan al sistema educativo público en Estados Unidos, como son las deficiencias que se pueden encontrar en las áreas de matemáticas, lectura, ciencias y habilidades de análisis crítico para resolver problemas, que afectan a los estudiantes en general y a las minorías hispanas y afroamericanas con especial intensidad. Precisamente, según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA), los estudiantes de Estados Unidos se colocan en el puesto 26 de 65 en las áreas de lectura, matemáticas y ciencias, y en el 17 en el baremo general por países, con 500 puntos (que alcanza una puntuación media de 525 si tenemos sólo en cuenta los alumnos blancos no hispanos).
Según el informe PISA, los centros escolares estadounidenses distan de ser perfectos y la puntuación en matemáticas, aunque manifestando el mismo patrón, es inferior a la de comprensión lectora. Es decir, hay un reto por delante para mejorar la forma de impartir matemáticas. La brecha más evidente son las notas constantemente bajas de afroamericanos e hispanos. En el estudio, sus resultados de comprensión lectora fueron de 441 puntos (negros) y 466 puntos (hispanos). Cambiar esto es el gran desafío de los centros escolares, porque el porcentaje de estudiantes negros e hispanos está creciendo muchísimo. En 1980 era del 23% y en 2009 del 35%.
Pero si algo caracteriza el sistema educativo estadounidense y lo convierte en excepcional es la calidad de sus universidades, las mejores del mundo, que atraen alumnos de todas partes y se enriquecen con el talento que fluye por sus aulas. Pero también por el papel que juegan las familias en la educación que reciben sus hijos y la forma en que son enseñados. En este país los padres tienen la oportunidad de influir y la obligación de participar en la educación de sus hijos como en ninguna otra parte. Se considera que las familias y las escuelas tienen mutua responsabilidad en la educación de los niños y se espera que las familias participen en las actividades escolares y extra escolares, y que las escuelas deben colaborar con las familias en la educación de sus niños.
Uno de los aspectos educativos que ha cobrado especial dinámica ha sido el sistema homeschooling, “la educación en casa”, una muestra del sistema liberal educativo que domina en Estados Unidos, garantizado por el Tribunal Supremo desde el caso Wisconsin versus Yoder, que dictaminó que: “El interés del estado por la escolarización obligatoria debe ceder ante la libertad de los padres para marcar la orientación moral de sus hijos”.
Toda una declaración de principios que marca la calidad de un sistema educativo profundamente libre, que a pesar de todo afronta desafíos formidables y el avance de los países asiáticos y del norte de Europa.
Estados Unidos cuida especialmente la educación y la formación a lo largo de la vida útil de los trabajadores. Posiblemente gracias a eso es la primera potencia mundial y porque no ha olvidado aquella frase de Eurípides:
«Quienes descuidan la educación de sus jóvenes, condenan a muerte su futuro».
Y la educación ha sido siempre en este país una cuestión de orgullo nacional. Es por eso que tenemos el mayor número de premios Nobel y sigue siendo, de lejos, el mayor productor de nuevas invenciones, investigaciones científicas, y líder en registro de patentes.




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