Vivimos una época apasionante para los escritores, plena de nuevas oportunidades que se abren frente a nosotros. El presente y el futuro de los escritores que estamos en el mercado nos reta a desarrollar nuestras aptitudes y talento para ofrecer nuestras mejores obras literarias a los lectores, para vender más y llegar a más gente en todo el mundo, para fortalecer nuestra imagen y nuestra marca personal, así como para incrementar la calidad de lo que escribimos.
La generación de escritores que competimos en un mundo global ya está aquí, es heterogénea y multicultural, no conoce fronteras y tiene a la tecnología e Internet como grandes aliadas. Si hay algo que nos define es que somos escritores responsables de nuestra marca personal y nuestra promoción, nos hemos construido una comunidad de lectores fieles que nos siguen y nos leen, en parte debido a las redes sociales y los blogs personales, y en parte por la fuerza narrativa y la originalidad de las obras que escribimos. Conceptos como branding y networking nos son conocidos y herramientas que utilizamos en nuestra carrera literaria, en la que competimos en un mercado global de amplia oferta cultural que no se limita a los libros. La visibilidad es nuestro desafío constante y la brújula que debe marcarnos las colaboraciones, proyectos o entrevistas que podemos realizar para conseguir ésta. Los rendimientos económicos y los resultados en ventas son objetivos irrenunciables.

Somos escritores en un mundo globalizado en el que debemos conocer lo que nuestro público desea leer, sin renunciar a aquello que queremos contar en cada momento. Es importante escuchar a los lectores, pero aún más ser coherente con uno mismo y escribir las historias que cada escritor lleva dentro. Necesitamos priorizar nuestras actividades profesionales y cada libro en función del tiempo disponible, la rentabilidad económica, el esfuerzo promocional y el grado de trabajo que implica cada proyecto literario.
Los escritores de hoy llevamos las riendas de nuestra carrera literaria y negociamos desde una posición de fortaleza, gestionando nuestros derechos de autor con habilidad e inteligencia para saber aprovechar todo su potencial, así como usamos las herramientas informáticas que nos ayudan a optimizar nuestro tiempo, el proceso de documentación y escritura, la promoción, la interacción en redes sociales, la actualización de nuestros blogs y la gestión de las ventas.
Por último, pero no menos importante, el escritor global conoce las técnicas literarias, se forma en los nuevos usos del lenguaje y adapta el mismo, utiliza recursos estilísticos variados, colabora con profesionales especializados del sector, se somete a una mejora continua de sus habilidades y talento, trabaja en equipo con correctores y lectores editoriales y sabe fidelizar a sus lectores con buenas historias originales. En suma, el escritor global convierte la literatura en una experiencia apasionante para él mismo y para los lectores.