El prestigio literario y editorial es ese valor intangible que define a los buenos escritores. Hoy día ese prestigio se ha transformado y ya no depende exclusivamente de publicar con una gran editorial, de conseguir excelentes críticas literarias, premios populares, de tener ventas masivas o de ser invitado religiosamente a las Ferias del Libro más importantes, programas de televisión y conferencias en Universidades. Aunque todo eso ayude y mucho a labrar ese prestigio literario.
En el panorama editorial de hoy, la clave es conectar con los lectores y lograr una legión de seguidores que compren fielmente tus libros. Cuando me consultan algunos escritores noveles sobre este o aquel tema, siempre detecto el deseo de publicar con grandes editoriales, como si eso fuera el maná. Lamentablemente, no lo es, ni mucho menos.

Muchos escritores aún sueñan con esas grandes editoriales como si sólo ellas pudieran concederles el prestigio literario. Despierta, chaval. No seas panoli, chavala. Tu prestigio literario depende de ti y sólo de ti. De tu trabajo como escritor o escritora. No de una editorial que probablemente te ninguneará los beneficios que mereces, que no te apoyará en la promoción y que se aprovechará de ti todo lo que pueda hasta dejarte seco. Es lo que hay, la realidad pura y dura.
De modo que ponte a labrar tu prestigio personalmente y no dependas de editoriales, críticos, medios o instituciones diversas. Cimentad ese prestigio en buenos libros, escritos con pasión y calidad, en esfuerzo personal y en lectores agradecidos y satisfechos. Ése es el auténtico prestigio literario y editorial que vale la pena conseguir.