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Cuenta atrás


Que estas elecciones no están decididas se pone cada día en evidencia. La lucha electoral entre Demócratas y Republicanos está en su punto culminante.
Barack Obama, alentado por las encuestas y los mass media que lo apoyan, se siente fuerte y no comete errores de importancia. La corriente va a su favor y se muestra cada día más cómodo en su papel de virtual ganador.
John McCain, que no ha tirado la toalla, está siguiendo una estrategia electoral arriesgada, pero que todavía puede darle la victoria el 4 de noviembre. Si acaso, es la única estrategia realista para ganar con todo en contra.
En este año electoral planea más que nunca un posible efecto Bradley. Además, McCain está recortando la ventaja de Obama en los swing states, esos Estados que pueden decantarse por uno u otro candidato por unos miles o incluso cientos de votos. Ahí se está jugando el resultado final de estas elecciones. Florida, West Virginia, Ohio, Nevada, North Carolina, New México, Colorado, Virginia…En todos McCain gana por unos puntos, está acortando distancias o se encuentran casi empatados.
La encuesta Rasmussen, una de las más fiables, le concede alrededor de 5 puntos de ventaja nacional a Obama. Con el panorama cambiante cada día, esto aún no está decidido, ni mucho menos.
Team McCain prepara un aluvión de spots televisivos para los últimos días de campaña, una estrategia que persigue divulgar los últimos mensajes antes del 4/N, con la esperanza de que queden en la psique del votante y decidan finalmente desequilibrar la balanza hacia el Partido Republicano.
Obama, que sigue convocando multitudes de entusiastas, ha visitado Miami, donde congregó a 30.00 personas en el Bicentennial Park, donde habló de educación, economía y asistencia sanitaria, también ha estado en Richmond, Virginia, donde ante 13.000 personas ha puesto el acento de nuevo en el tema que le está dando más votos: la economía. Aquí criticó a McCain por no apoyar un segundo paquete de medidas económicas.
El jueves viajó a Hawai para ver a su abuela enferma. Su gesto nos habla de un Obama humano, quizá calculado y usado electoralmente, pero posiblemente sentido y real. Es bueno que en una campaña tan dura y exigente como esta, Obama haga gala de humanismo. Su gesto le honra aunque electoralmente sus rivales le ataquen por ello. Algo lógico, por otra parte. No olvidemos que estamos en campaña, y cada gesto, cada mensaje, cuenta y son votos.
El sábado reanuda campaña en Indianápolis. Mientras tanto, Joe Biden está haciendo una gira por los Estados decisivos de Virginia, West Viginia, Florida y North Carolina, que están en plena disputa y aún no decididos para ninguno de los candidatos.
Lo que ha hecho McCain estos días críticos, es viajar a New Hampshire, que puede tener una importancia capital la noche electoral, y a Ohio, otro swing state que está en el aire, que ha visitado con Sarah Palin. Antes siguió cortejando el voto de Pennsylvania con visitas estratégicas a Bensalem, en el condado de Bucks, suburbio de Philadelphia, Moon Township, a las afueras de Pittsburgh, y Harrisburg. Los 67 condados de Pennsylvania cotizan al alza y sus 21 votos electorales se venden caros y van a ser decisivos en tanto que las cosas sigan ligeramente favorables para Obama en Virginia, Iowa y New México.
Estos días ha cobrado protagonismo también Joe Biden y sus palabras sobre que el mundo pondrá a prueba con una crisis internacional la entereza de Obama. Una metedura de pata que viene a recordar la inexperiencia del Demócrata en asuntos internacionales y de defensa, precisamente el punto fuerte de McCain. Las palabras de Biden hacen reflexionar sobre un aspecto importante. La trascendencia de quién ocupa el Despacho Oval, porque deberá afrontar crisis nacionales e internacionales. Y llegado el momento, que llegará… ¿A quién prefiere usted como Comandante en Jefe?
¿Al joven Senador sin experiencia o al veterano que ha probado su valor y determinación con éxito numerosas veces?
Mientras las encuestas bailan arriba y abajo y los candidatos siguen en campaña, en una elección presidencial que aún no está decidida, los preparativos para la noche del 4 de noviembre ya están en marcha en ambos partidos.
El Grant Park en Chicago, Illinois, frente al Lago Michigan, es el lugar elegido por los Demócratas para recibir los resultados electorales. Un espacio público en el que se prevé la presencia de miles de personas.
El Partido Republicano velará armas en Phoenix, Arizona, concretamente en el hotel Arizona Biltmore.
El ganador se dirigirá a sus seguidores y a la nación desde uno de estos escenarios. Pero antes queda mucha batalla por delante y millones de votantes deberán decidir democráticamente a quién quieren como próximo Presidente.
Una decisión que tendrá repercusiones de todo tipo, entre ellas el papel del liderazgo norteamericano en los años venideros.




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