Hoy es Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias), una festividad muy especial en el calendario estadounidense. En estos tiempos en los que el consumismo lo impregna todo, y que nada tiene que ver con el significado de esta fiesta, conviene recuperar más que nunca su sentido original.
Es un día centrado en pasar tiempo con la familia y los seres queridos y ser agradecido, muy lejos del comercialismo con el que algunos negocios y medios tratan de apoderarse de esta fiesta de la generosidad, la solidaridad, la fe y el agradecimiento a Dios.
Antes de sentarse a la mesa para disfrutar de un delicioso banquete de Acción de Gracias, necesitamos aprovechar las oportunidades que presenta este día para recordar y compartir los valores importantes que subyacen en Acción de Gracias, como el agradecimiento, la bondad, el altruismo y la familia.
Este año, con una Administración fraudulenta tratando de imponer el socialismo y destruir la historia de Estados Unidos, es importante que los ciudadanos hablen y compartan las tradiciones familiares y cuenten sus historias. Si la celebración involucra a varias generaciones o familias, nada mejor que recordar «los buenos tiempos» y la propia infancia. Esto no sólo nos conecta con nuestra historia personal, sino que enseña a los niños y a otros miembros de la familia y amigos sobre la vida y la historia.
Thanksgiving Day no es comer a degüello y ver fútbol en la televisión, como los medios y la izquierda intentan vender. Se trata de disfrutar y compartir los alimentos, su preparación, su origen y elegir nuestros favoritos. Se trata de mostrarse agradecidos sinceramente a Dios por las cosas buenas que nos han pasado y nos han ayudado de alguna manera. Se trata de que los presentes se unan en torno a una mesa y confíen a los demás aquello por lo que se muestran agradecidos.
El Día de Acción de Gracias es una celebración de la generosidad, por ello su alcance no se limita a la familia y amigos, sino que es una de las más inclusivas al dar cabida a los que tienen menos o han sufrido. Acción de Gracias nos involucra en causas humanas, como contribuir a donar alimentos a organizaciones benéficas o apoyar con nuestra presencia y ayuda las cenas de asociaciones de veteranos de guerra, residencias de ancianos o de “sin techo”.
Estos pequeños gestos pueden ayudar con sus ejemplos a que los más jóvenes de la sociedad se muestren agradecidos y aprendan la importancia de ayudar a los demás y compartir; una tradición profundamente enraizada en la sociedad estadunidense.
Convertir el Día de Acción de Gracias en una jornada especial se consigue de muchas maneras, por ejemplo, compartiendo algo juntos: las tradiciones, la historia, la preparación de la cena, colocando adornos, música navideña… La experiencia de compartir vivencias y crear recuerdos es algo único y lo que más valor tiene, mucho más que cualquier pavo que se esté cocinando en el horno, el puré de patatas o el relleno de castañas, la salsa de arándanos y el pastel de manzana.

Acción de Gracias es una jornada especial para que las actividades familiares sean divertidas y amenas y prioridad principal para todos.
Sea como sea que celebren su Día de Acción de Gracias, les deseo que lo hagan seguros, con salud, generosos y de una forma deliciosa con su familia, parejas, amigos y vecinos.
Es un gran día para experimentar el auténtico significado detrás de la celebración de Acción de Gracias, nacida de una hermosa historia de dificultades, problemas, intercambio, generosidad, amistad y apoyo, que debemos defender, honrar y conservar.
Este Día de Acción de Gracias nos brinda, ante todo, un momento de enseñanza compartida sobre valores y lecciones cristianas que nos son de utilidad en la vida. Además de una oportunidad para dar gracias de corazón, reflexionar sobre nuestras bendiciones y recordar cómo Dios ha sido fiel en nuestras vidas. Acción de Gracias nos permite mostrar gratitud a Dios y a los demás. Este es el auténtico espíritu de esta fiesta, y no otro.