La concienciación social y las medidas de conservación son vitales para recuperar especies en riesgo de extinción. Según un informe de World Wildlife Fund (WWF) gracias al éxito de los programas de conservación en India, Rusia y Nepal, la población mundial de tigres en libertad está aumentando en los últimos años. No son datos para tirar cohetes, pero es un avance importante para diseñar las medidas que se aplicarán en el futuro de cara a la conservación de la especie, que afronta amenazas diversas y letales.
Este informe estima que el número total de tigres que viven en libertad es de 3.890 frente a los 3.200 de 2010, año en que los países con población de tigres alcanzaron un acuerdo crucial para duplicar la población de este hermoso felino para 2022. Desde entonces se ha hecho un gran esfuerzo para cumplir este objetivo, y de hecho, es la primera vez en más de 100 años que el número de tigres ha aumentado en todo el mundo. Esto es significativo porque señala que las medidas adoptadas han sido adecuadas.
World Wildlife Fund ha recopilado los datos de los informes de varios países, entre los que se incluyen India y Bangladesh, así como las estimaciones de científicos independientes de la International Union for the Conservation of Nature, la autoridad mundial en conservación de la biodiversidad. Estas estimaciones han sido necesarias en países donde no se habían realizado informes oficiales de la población de tigres, como China, Indonesia, Malasia y Myanmar. 
Aunque los datos son positivos, deben tomarse con precaución, dado que los peligros siguen existiendo y los tigres continúan en alto riesgo de desaparición.
Que países donde vive un alto índice de tigres, como Rusia e India, hayan adoptado programas de conservación, ha sido fundamental. Por ejemplo, dos tercios del total de tigres viven en India, donde se han incrementado desde los 1.706 ejemplares a 2.226 en los últimos cinco años. Algunas de las claves han sido el aumento de las patrullas contra la caza furtiva y el pago de recompensas a los agricultores o aldeanos que sufren pérdidas de ganado por el ataque de los tigres. Además, India también ha invertido para promover el turismo sostenible en las reservas de tigres, que es un modelo que funciona muy bien. Es una situación parecida a Nepal, donde el número de tigres ha aumentado un 60%, hasta alcanzar los 198 ejemplares gracias a los esfuerzos para reducir la caza furtiva. Otros países con crecimiento en su población de tigres han sido Rusia (de 360 a 443) y Bután (de 75 a 103), y ello gracias al esfuerzo y compromiso de los gobiernos de estos países. Algo que se debe reconocer y apoyar.
Por el contrario, hay otros países donde los riesgos son mayores e incluso hay retrocesos: en Bangladesh el número de tigres ha descendido de los 440 a los 106 ejemplares. Los especialistas creen que lo más probable es que se deba a que el gobierno ha realizado un informe más preciso aportando un número más real respecto a los realizados con anterioridad. En cualquier caso, se trata de una tragedia y el gobierno de Bangladesh se debe llevar unas cuantas collejas por ello.

También encontramos datos alarmantes en China, con sólo siete tigres en libertad, cinco en Vietnam, dos en Laos y ninguno en Camboya. Pero estos países, ¿de qué van? En concreto, sus gobiernos. Muy mal, ¿eh? Ración extra de collejas para ellos.
Por su parte, Indonesia y Malasia son países importantes para la supervivencia a largo plazo del tigre, de modo que más vale que se pongan las pilas, ya que están muy condicionados por la caza furtiva y el desarrollo del país que amenaza el hábitat del tigre. Además, ninguno de ellos ha elaborado un recuento y las estimaciones son poco reales: 371 tigres en Indonesia y 250 en Malasia. Estos gobiernos son una fantasiosos. Si no quieren collejas, ya saben lo que hay que hacer.
Se me había olvidado apuntar que quien da las collejas es Estados Unidos. Pues eso.
Otra de las claves para potenciar y estabilizar la población de tigres es controlar el comercio de productos relacionados con esta especie, que es ilegal en la mayor parte del mundo. Sin embargo, el mercado negro sigue existiendo y es una amenaza que te caes de espaldas. Necesitamos reducir la demanda de pieles y de otro tipo de comercio alrededor del tigre, en especial en Asia y especialmente en China, donde cometen atrocidades sin perder la sonrisa china. Es necesario incrementar las medidas de presión a esos gobiernos poco colaboradores, nada sensibles con los tigres, apretarles las tuercas y endurecer las penas a los traficantes y a quienes los amparan.
Dado que la tontería y la estupidez no es patente española ni estadounidense, sino que también se extiende en China, seguimos haciendo frente a esos tratamientos de medicina tradicional que utilizan productos del tigre en champús, tónicos, y “baratijas” diversas, a menudo incluso como símbolo de estatus social. Que ya hay que ser imbécil.
Lo dicho, el aumento de los tigres es una buena y positiva noticia, pero queda mucho camino por recorrer, y los primeros pasos son proteger los programas de conservación, abrir corredores naturales entre países fronterizos para conectar áreas de cría, aumentar la cooperación internacional y perseguir la caza, el transporte y venta de tigres.
Y hecho esto, los tigres prosperarán y se expandirán como los astutos felinos que son.