Browse By

Río MacKenzie

Uno de los últimos informes que alertan sobre los riesgos que afrontamos en cuestiones del clima mundial, lo han elaborado científicos de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, a instancias del Foro Rosenberg sobre Políticas del Agua, en el que se advierte que la cuenca del río Mackenzie se encuentra en peligro por los cambios que está experimentando el clima mundial y por el desarrollo industrial, lo que puede tener consecuencias muy graves a nivel global.
El profesor Henry Vaux, presidente del Foro Rosenberg, ha declarado que la temperatura media de la cuenca del MacKenzie ya ha aumentado más de 2 grados centígrados, la cifra acordada por la comunidad internacional como el límite que no se debería rebasar para luchar contra el cambio climático.
La preocupación en todo este asunto es que la combinación de un desarrollo desequilibrado junto con los cambios climáticos harán la cuenca menos resistente y más inestable. Esto es importante porque esta cuenca es un recurso continental que proporciona beneficios a pueblos que están en puntos muy alejados del norte de Canadá, ya sea mediante aves migratorias, la moderación del clima o las corrientes oceánicas.
Los científicos creen que el río MacKenzie, que es considerado como «el Amazonas del Norte», influye en las corrientes oceánicas, que dependen en gran medida de lo que pasa en la desembocadura del MacKenzie, cuando sus aguas se mezclan con las del océano Ártico.

rio-Mackenzie

Mackenzie1

Mackenzie2

En la actualidad, el río MacKenzie, que tiene una longitud de casi 1.800 kilómetros, deposita 10,3 millones de litros de agua en el océano Ártico cada segundo y 100 millones de toneladas de sedimentos al año. Teniendo en cuenta estos datos, los cambios en la dirección, la magnitud del flujo o las temperaturas de corrientes globales tendrán probablemente implicaciones significativas en el clima de todo el mundo, ya que la clave que determina en gran parte el clima es la diferencia que existe entre las temperaturas en el norte del planeta y en su ecuador.
Por ejemplo, se sabe que el clima, al menos en el hemisferio norte, está determinado parcialmente por las diferencias en la temperatura entre el ecuador y las latitudes más septentrionales. Estas diferencias están disminuyendo, lo que tendrá implicaciones no sólo en el clima de América sino en todo el mundo.
La pérdida de la capa de hielo que cubría de forma casi perpetua el océano Ártico es también parte de este problema, dado que según desaparece esa cubierta, menos energía es reflejada al espacio y más es absorbida por las aguas. Ese es el mecanismo que está haciendo que las temperaturas del Ártico aumenten.
La otra parte de la ecuación es que la cuenca del MacKenzie modera el clima al capturar centenares de millones de gases con efecto invernadero en el permafrost, la capa de la tierra que permanece constantemente congelada. La desaparición del permafrost en esta cuenca supondrá la liberación de cantidades masivas de metano, un gas con efecto invernadero que tiene 21 veces más potencial por molécula que el dióxido de carbono. Lo que representa un peligro en potencia que no podremos controlar. Para complicar todo más, parte de la cuenca del Mackenzie se encuentra en la zona de arenas bituminosas de Canadá, una región que se calcula contiene las terceras mayores reservas de petróleo del mundo y que Ottawa quiere convertir en el motor del futuro desarrollo económico del país. Aquí entran en juego directamente los intereses humanos y económicos y el necesario equilibrio natural y ecológico que repercute en el clima.

Mackenzie3

Mackenzie4

Mackenzie7

Los yacimientos de las arenas bituminosas ya proporcionan a Canadá una de sus principales fuentes de ingresos, pero el continuado desarrollo de estos recursos y su explotación masiva representa un riesgo inaceptable para la cuenca del MacKenzie y el clima global.
Los científicos que han elaborado este informe advierten de que un derrame de petróleo o de productos tóxicos derivados de la extracción del crudo tendría consecuencias desastrosas para la región, que ha sido comparada con el Serengueti africano por su valioso ecosistema. Desde luego si sucede alguna catástrofe no será porque numerosos expertos no estamos dando la voz de alarma desde distintas instancias. De acuerdo a este informe, la ruptura en invierno en esta región de una balsa de residuos de metales pesados, como la que se produjo en 1998 en la localidad española de Aznalcollar (la memoria humana es frágil cuando quiere, ¿verdad?), sería casi imposible de sanear o limpiar.
Por ello y por otras razones de peso, el informe solicita que las empresas petrolíferas depositen «sustanciales fianzas» para explotar los recursos naturales en la cuenca del río MacKenzie, con el fin de cubrir los costes de limpieza o recuperación.
Lo idóneo sería respetar la cuenca del MacKenzie, pero al menos si se interviene parcialmente, lo mínimo es que haya recursos para afrontar cualquier más que probable desastre natural.

Mackenzie6

Mackenzie5




Translate »