Los hábitos de lectura actuales están ofreciendo diversos análisis de gran interés para conocer el perfil de los lectores y las sociedades modernas. Investigadores que trabajan en varios estudios tratan de determinar las diferencias que hay entre la lectura en Internet y la impresa, características de cada cual y las necesidades de cada tipo de lectura.
Una de las conclusiones más destacadas de estos estudios es que la comprensión lectora es superior cuando se trata de textos impresos y la atención que se presta a lo leído también es mayor. Se está comprobando que la lectura de ebooks, sobre todo por generaciones jóvenes, tiende a fomentar un ritmo de lectura que no contribuye a la asimilación ni la comprensión.
La lectura de textos impresos aumenta esa comprensión y fomenta una lectura más reposada, sin distracciones y de larga extensión. Para que la lectura en ebook no pierda todo el potencial, los resultados de las investigaciones apuntan a una necesaria educación adicional del cerebro para que el lector sepa adaptarse a las necesidades de dos entornos de lectura distintos, el impreso y el digital, que está demostrado incide en la forma en que procesamos lo leído.

Más datos reveladores: de acuerdo con el sitio de análisis de estadísticas web Chartbeat, la mayoría de los lectores en Internet no pasan del 50% de la longitud de un artículo. Otros estudios señalan que los lectores leen el primer párrafo y luego buscan en el texto palabras que les parecen interesantes para continuar con la lectura. Un asco de lectura, todo hay que decirlo, pero así es como leen muchos de los jóvenes, incluso hacen barbaridades como no terminar el libro que están leyendo, abandonar la lectura si encuentran párrafos especialmente complicados, saltarse páginas enteras, o leer de corrido sin enterarse de lo que leen, sin la necesaria asimilación ni reposo.
De acuerdo con neurocientíficos, la lectura superficial de artículos o novelas podría deberse a que los cerebros de las personas buscan información específica en un entorno saturado, perdiendo capacidad de comprensión. Lo malo es que ya no sólo sucede en las lecturas en ebooks, sino que estos jóvenes lectores repiten los errores en las lecturas impresas.
Estos hábitos de lectura nuevos son un terremoto de malas costumbres que sólo la educación y habilidades lectoras basadas en lecturas de comprensión pueden arreglar.

Andrew Dillon, profesor de la Universidad de Texas, que estudia los hábitos de lectura dice que “pasamos mucho tiempo tocando, cliqueando, navegando entre vínculos, saltando entre textos, de manera que cuando nos sentamos con una novela, los hábitos diarios de saltar y cliquear están integrados a nosotros. Estamos en una nueva era de comportamiento de la información que empezamos a ver las consecuencias”. Malas consecuencias. Todos estamos expuestos a ello dado que todos hacemos uso de Internet, pero quien tiene la experiencia de leer en forma impresa durante años, está en mejores condiciones para resistir este deterioro de la capacidad de comprensión y de lectura. Los más jóvenes deberán hacer un esfuerzo extra para no terminar leyendo como bobos textos que no comprenden ni asimilan.
Los hábitos de lectura se deben ejercitar, preferentemente en textos impresos, la mejor forma de desarrollar una excelente capacidad lectora y de comprensión.