Nos encontramos a 48 horas de que amanezca de nuevo en Estados Unidos y empecemos a dejar atrás la tiranía del régimen de Biden y de los demócratas. Es el principio del fin de una etapa nefasta. Después de las elecciones midterm y las gobernaturas del 8 de noviembre, el Partido Republicano se encuentra al borde de hacer historia en la política norteamericana. De la mano de los candidatos respaldados por Donald Trump en su mayoría, los republicanos están camino de controlar el Congreso.
Según las últimas encuestas, podrían lograr alrededor de 233 escaños de la Cámara de Representantes, frente a los 202 de los demócratas y 55 asientos del Senado ante los 45 demócratas. Son datos que podrían variar algo, pero van en esa línea.
Según mis previsiones, los republicanos MAGA de Trump podrían ganar entre 20 y 60 escaños en la Cámara de Representantes más (lo más probable en torno a 44) y entre 2 y 7 en el Senado (lo más probable 4 o 5). Esto supone un control total del Congreso. También preveo la victoria de casi todos candidatos a gobernador republicanos, entre ellos Kari Lake como gobernadora de Arizona, Ron DeSantis como gobernador de Florida, Tudor Dixon como gobernadora de Michigan y Doug Mastriano como gobernador de Pennsylvania. La posible victoria de Lee Zeldin como gobernador de Nueva York sería la gran bomba informativa de las elecciones y el sello de la debacle demócrata.
Incluso hay proyecciones más espectaculares. Según un análisis de Nate Cohn en el New York Times y «The Tilt”: «Si cada distrito termina 7 puntos mejor que el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 (GOP+3), los republicanos obtendrían 259 distritos, casi una ganancia de 50 asientos y nos encaminaríamos a la mayoría republicana más grande desde la Gran Depresión”.
La victoria republicana no se entendería sin la presencia activa de Trump en la campaña electoral, que ha realizado un auténtico sprint de mítines en estados clave en esta última semana (Iowa, Pennsylvania, Ohio, Florida…) y respaldos de candidatos que apoyan su agenda política America First, y el desastre en el que nos han metido la Administración Biden y los demócratas allí donde gobiernan. Después de dos años caóticos de continuas crisis, en las que los estadounidenses han tenido problemas para pagar las facturas debido a una elevadísima inflación y precios altos en las gasolineras, con el crimen disparado, la frontera sur como un colador por donde entran millones de ilegales indocumentados, incluidos criminales, delincuentes y terroristas infiltrados, y abocados a una guerra en Ucrania totalmente innecesaria, los votantes estamos preparados para ir a las urnas y machacar a los demócratas.
Una vez más, Donald Trump es el gran dinamizador de los ciudadanos comprometidos con una América mejor para todos y ha animado como ninguno a los partidarios de MAGA a votar por los republicanos en noviembre para mantener vivo el Sueño Americano, tal y como nos recuerda a menudo en sus mítines.
Si las proyecciones son correctas, noviembre puede marcar el comienzo de una era de mayoría republicana que no se ha visto en los Estados Unidos en casi 100 años. Sería la esperada señal de que el país está preparado para el regreso triunfal de Trump en 2024. Es justo que así sea después de demostrarse sin ninguna duda el fraude electoral cometido por los demócratas en 2020 y la espiral de crisis en las que nos han metido desde entonces, y que en muchos estados gobernados por los demócratas ya llevan años de desastre.
La estrategia de Trump y su equipo de leales colaboradores está dando sus frutos; una estrategia basada en respaldos de candidatos fuertes y mítines que atraen a los votantes republicanos de siempre y también a nuevos votantes, energizando y ampliando la base para los candidatos que han sido respaldados por Trump.

Al equipo de ayudantes, asesores y colaboradores de Trump no nos sorprende que la mitad de las personas que se registraron para asistir a sus últimos diez mítines son asistentes por primera vez, y muy probablemente repetirán en el futuro, de acuerdo a los sondeos y comentarios de opinión recogidos a la salida de los actos electorales de “Save America”. Es un logro importantísimo sólo posible gracias al liderazgo y carisma de Trump.
Esta estrategia directa de acercarse y convencer a los ciudadanos con discursos sinceros y respaldos de candidatos auténticos, brindará victorias masivas para los republicanos y un respaldo popular a Trump incuestionable.
Sirvan como ejemplo estos datos que maneja el equipo de Trump: el 54 % de los asistentes a los mítines celebrados en Michigan y Carolina del Norte nunca antes habían estado en un mitin de Trump. El 61 % de los asistentes a su mitin en Ohio eran nuevos asistentes, el 56 % de los asistentes en Nevada eran nuevos; y el 55% de los asistentes a su mitin en Arizona nunca antes habían estado en un mitin. Y todos son estados clave y es una tendencia general. No es extraño, pues, que Trump y sus candidatos respaldados lideren también las encuestas entre los votantes independientes.
Esto es importante saberlo para entender bien la victoria arrolladora republicana que vendrá después del 8 de noviembre. Trump ha conseguido no sólo movilizar a sus votantes habituales, sino también a nuevos votantes que apoyan a sus candidatos respaldados en los días críticos antes de las elecciones. Esta energía positiva es la que está alimentando las victorias de los conservadores.
Otro dato revelador: al comparar los inscritos en cualquier mitin de Trump y sus candidatos MAGA con el archivo de votantes de cada estado, vemos que, en promedio, en torno al 38% de los votantes registrados no votaron en las elecciones midterm de 2018. Es decir, son votantes nuevos impulsados y convencidos por Trump y sus candidatos.
Lo que hemos visto en estos últimos meses es que Donald Trump está hablando directamente a los votantes a través de sus mítines masivos y haciendo que cambie el curso de este país. Ahora vemos cuán acertado es el eslogan “Save America” (Salva America) de sus rallies electorales. Porque en definitiva se trata de salvar América del desastre de los demócratas de izquierda radical que están arruinando y devastando este país con sus políticas miserables.
Esto puede cambiar, esto va a cambiar mañana 8 de noviembre.