Desde hace algún tiempo venimos reclamando desde la comunidad de inteligencia estadounidense y sectores de análisis de la defensa, la necesidad de extender la guerra contra el terrorismo a lugares estratégicos en donde los yihadistas han prosperado y establecido bases de entrenamiento o reclutamiento. Por fin la Administración Obama ha hecho caso de estos llamamientos y aprobado el impulso de una base de especial importancia para combatir a los yihadistas en África, concretamente en Níger y otros países de la zona, donde ya están avanzados los trabajos para establecer bases militares estadounidenses que puedan operar aviones Predators y coordinar misiones de fuerzas especiales, tareas de vigilancia, control y localización de terroristas.

Una de las bases de los drones estará provisionalmente en la capital, Niamey, y lanza un mensaje nítido de la importancia que estamos concediendo a combatir al terrorismo en África, junto con la otra base permanente del ejército norteamericano en Yibuti, a más de 3,000 millas de Malí, el Mando de Estados Unidos para África (AFRICOM) y las actividades de inteligencia que están apoyando a las operaciones francesas sobre el terreno. El personal de la base de Niamey estará formado por unos 250 soldados, sobre todo especialistas en logísticas de la Fuerza Aérea, analistas de inteligencia, comandos especiales y oficiales de seguridad.
La implicación estadounidense en África, cada vez más intensa, permitirá combatir a los yihadistas más eficazmente y destruir sus bases de entrenamiento y logística in situ. Un éxito aquí significa mayor seguridad en Estados Unidos y Europa.