Los medios de comunicación y la prensa progresista, el Estado Profundo, el establishment, el Partido Demócrata e incluso algunos republicanos sólo de nombre (RINOs) que se alían con los anteriores, han tratado de hacer descarrilar al presidente Trump con todo tipo de ataques, argucias, trampas, escándalos y campañas negativas. Nada ha dado resultado.
En todos y cada uno de los ataques, Trump ha salido indemne y reforzado. No es casualidad. El presidente ha demostrado un valor asombroso para hacer frente a todos los que intentan sabotear su presidencia. Sus armas son los buenos resultados de su gestión presidencial en todos los campos (economía, política internacional, inmigración, defensa, seguridad nacional…), una capacidad de estrategia y negociación extraordinaria, su conexión con millones de estadounidenses a los que ha dado voz y valor a su voto; y saber fajarse en el cuerpo a cuerpo en cada uno de los enfrentamientos. Ya sea con líderes de otros países, con la prensa progre que manipula todo y a la que ya sólo los tontos del bote creen, o cuantos le atacan de forma interesada desde el mundo del espectáculo, el deporte o la sociedad.
Trump no ha pasado por alto ni un solo ataque sin responder con contundencia e inteligencia, e incluso sentido del humor. Ha hecho de su agenda conservadora MAGA la base de su éxito. La publicación de un artículo en el desprestigiado The New York Times de un cargo de la Administración que se declara miembro de un grupo de traidores que sabotean al presidente no es más que el reflejo de esa lucha contra el Estado Profundo que Trump lleva librando desde que se presentó a las primarias republicanas y con más intensidad desde que ocupa el Despacho Oval.
Sin embargo, este movimiento de los enemigos de Trump, que no defienden la democracia americana ni al país, sino sus propios intereses e influencia, ha chocado con el valor del presidente, que ni se achanta ni se doblega ante semejantes traidores que actúan sin dar la cara desde el anonimato que ocupan en el Estado Profundo. Que nadie se llame a engaño. No hay ninguna resistencia a Trump entre los que trabajamos para sacar adelante la agenda MAGA del presidente. Sólo hay traidores que operan desde el Estado Profundo, en connivencia con la prensa progre, para sabotear al mejor presidente de las últimas décadas. ¿Por qué? Porque es conservador, patriota, porque no se vende a los lobbies ni lo controlan desde el establishment ni los medios de comunicación. Porque es independiente y les patea el culo saltándose lo políticamente correcto para hacer lo humanamente correcto.

La izquierda odia a Trump porque es un conservador que tiene éxito con sus políticas conservadoras y está devolviendo a Estados Unidos la grandeza y el orgullo de su identidad nacional. Cerca de cumplir los dos años desde la histórica elección de noviembre de 2016, en la que Trump dejó con las bragas en el suelo a Hillary y descompuestos y llorosos a la izquierda progre casposa y sectaria de Estados Unidos y de todo el mundo, los “Deplorables” que apoyamos a Trump somos más, más fuertes y con más razones para votar republicano en estas elecciones midterm que se avecinan y para reelegir al presidente Trump en 2020.
La prepotencia de esa izquierda progresista intolerante que perdió ante Trump busca tergiversar los hechos y realidades del éxito del presidente con mentiras e insultos. De nada les servirá su soberbia porque Trump demuestra cada día su valor frente a ellos dando la cara y gobernando con brillantez. Sus buenos resultados hablan por sí mismos: más empleo, más estabilidad, fortaleza militar, crecimiento económico, un sistema fiscal y comercial más justo… La victoria de Trump es demostrar que la agenda conservadora tiene más éxito para el país y el pueblo estadounidense que la desastrosa agenda progre que sólo genera miseria y destrucción social.
Trump demuestra cada día su valor frente al Estado Profundo, al que está ganando y derrotando. Realmente está cumpliendo la promesa de drenar el pantano de corrupción de la política. Y lo hace porque no está solo, cuenta con gente leal y valiente que sí damos la cara y trabajamos por el bien de los Estados Unidos.