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Entrevista a James Nava para Abretelibro

Les invito a leer la entrevista concedida a Noel Corregidor, de la revista Abretelibro, tanto en su website como aquí, donde se reproduce íntegramente:

Abretelibro

– ¿Cuándo y por qué comenzó a escribir?

Empecé de niño y he seguido escribiendo toda la vida desde entonces, soy un escritor de vocación al que apasiona su trabajo. Hay muchas razones que me empujaron a escribir: la necesidad de contar por escrito historias que me gustaban y quería compartir; la satisfacción que me producía (y que me produce) narrar una historia con palabras que otros pueden leer de una forma enriquecedora; seguir un impulso natural e innato en mí que me lleva a escribir esté donde esté; hacer algo que me gustaba muchísimo y me sigue gustando.

– ¿Le resultó complicado que le publicaran las novelas?

La primera novela sí, porque el mercado era muy exigente en aquellos tiempos y las editoriales no arriesgaban demasiado con los autores noveles sin ninguna clase de contactos en el mundo editorial. No importaba lo bien que lo hicieras, los filtros editoriales eran casi infranqueables…Hasta que alguien confió en mí y publicó “Conspiración” y “El Infiltrado”. Después volvieron a confiar y salió publicado “Lobo gris”, un salto importante en mi carrera. Las demás fueron publicándose regularmente sin mayores problemas, no solo en España sino también en EE. UU, donde estamos presentes en los puntos de venta más importantes, como Barnes & Noble.

– «El Equipo Ejecutivo» es un thriller de ficción, pero ¿considera que puede ser posible que la situación que describe en el libro (desde el propio Equipo a los hechos que narra, la emergencia…) se de en la realidad?

Acierta al describirlo como thriller, pero en lo de ficción…ejem…ejem…Hay de todo. He incluido tantos elementos reales y casos que han sucedido, que más que ficción es actualidad. Y acabo de contestarle implícitamente. Es un hecho constatable que este tipo de situaciones no es que se puedan dar en la realidad sino que ya se han dado y se dan con frecuencia. Los equipos, la emergencia, los riesgos…Todo eso y más está presente en la realidad que vivimos actualmente, aunque al ciudadano común se le escape porque la mayoría de las veces no tiene acceso a esa información o se le presenta sesgada.

El equipo ejecutivo - portada jpg

– Usted que ha trabajado y tiene experiencia en Fuerzas Especiales y la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos, ¿se ha basado en su experiencia para recrear a sus protagonistas o las operaciones llevadas por los departamentos?

Sí, efectivamente, sin esa experiencia no hubiera podido recrear fielmente la atmósfera, los personajes, las situaciones, los peligros, las amenazas, los procedimientos habituales…Ha sido determinante para reflejar ese mundo antiterrorista, de alertas, tensión y de vulneración de la seguridad nacional.
En concreto, la experiencia y las vivencias de los últimos diez años han sido claves en esta novela.

– Creo que existe un desconocimiento de la labor del ejército o las agencias antiterroristas entre los ciudadanos. Con este libro, ¿su objetivo es concienciar de su importancia en nuestras vidas y en nuestra seguridad?

Es cierto, ese desconocimiento existe porque además los medios de comunicación tampoco hacen demasiado para informar con objetividad, se mueven con clichés muchas veces y con enorme desinformación que afecta al final al criterio de los ciudadanos.
Sí, uno de mis objetivos con la novela es concienciar sobre la importancia de algunos equipos, agencias e individuos que se toman su trabajo muy en serio en esta guerra abierta que amenaza la democracia y la libertad, y sobre la necesidad de contar con personas íntegras capaces de “hacer lo que hay que hacer” para que en este mundo la mayoría de la gente viva con seguridad y en libertad.

– Un aspecto que me asombra es la cantidad de ataques terroristas frustrados que se mantienen en secreto y no nos enteramos.
Es cierto, más de 50 en los últimos años; si esta información saliera a la luz regularmente, la opinión pública cambiaría su percepción sobre el trabajo magnífico que desarrollan agencias de inteligencia, FBI, policía y cuerpos de operaciones especiales, así como algunos políticos y jueces (en Estados Unidos). Pero es una guerra abierta, como he comentado anteriormente, y esto no es posible, hay vidas en juego, procedimientos, protocolos de seguridad, operaciones, información sensible, agentes y operaciones…Toda una maquinaria que está en marcha y que ante cualquier filtración se pone en riesgo. Por eso debemos tener un enorme cuidado con lo que se publica o sale a la luz.
Además, necesitamos controlar que esa sensación de peligro extremo no invada a la población. Al fin y al cabo los ataques terroristas son abortados la mayoría de las veces. En contra de lo que piensa mucha gente, al gobierno estadounidense no le interesa que haya ese clima de miedo general, no es bueno para nada y se intenta evitar.

– Durante el proceso de escritura (o incluso durante esta entrevista), ¿se ha encontrado con el problema de no poder escribir más detalles o información porque supondría desvelar protocolos de seguridad o información confidencial?

Cierto, es uno de los problemas que afronté en la redacción de la novela, e incluso ahora, mientras le contesto a estas interesantes preguntas. Marcar esa línea segura que no puedes cruzar para no revelar información sensible o secreta es complicado. Hacerlo me hubiera permitido contar detalles reveladores, incluso ahora, pero no soy de los que ofrecen pistas a los terroristas o enemigos de EE.UU (ni siquiera en un libro o una entrevista…lo siento, yihadistas y demás ralea, no soy estúpido, traidor ni tampoco me muero por la fama a cualquier precio). Con todo y eso, estoy satisfecho porque son detalles que el lector no echará en falta (más que nada porque no los conoce…) y he afinado mucho para que todo fuese creíble y real, aproximándome lo máximo posible a la realidad. Digamos que me he acercado tanto a esa línea de seguridad que la piso y camino por ella en equilibrio, como un funambulista. Por suerte, no me caí.
Si eres responsable y tienes sentido del patriotismo, sabes que hay protocolos de seguridad, operaciones e intervenciones que puedes desvelar y otros no, cuándo sí y cuándo no, es así de simple.

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– La lucha contra el terrorismo es un asunto delicado y fundamental en nuestras vidas. Como países abanderados de las libertades, la lucha contra el yihadismo radica en la derrota del integrismo totalitario. No obstante, ¿la defensa de las libertades justificaría una política de
seguridad que, precisamente, restringe ciertas libertades esenciales a los ciudadanos de un país (el tema de las escuchas y espionaje, la retención en aeropuertos durante horas y estando incomunicado por el simple hecho de
parecer sospechoso…)?
(Entíendame, no digo que no lo sea, sino que me justifique su posición)

A ver, es un tema complejo. Pero se parte de un grave error (o manipulación interesada), a saber: pensar que estamos vulnerando o restringiendo derechos constitucionales o libertades esenciales de los ciudadanos de forma genérica. Y esto no es así. Las operaciones de captación de inteligencia cuentan con el respaldo legal de las órdenes judiciales de la Corte de FISA (Foreign Intelligence Surveillance Act-Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera) y del Departamento de Justicia, además de órdenes ejecutivas de la Casa Blanca, y el respeto a los derechos constitucionales es escrupuloso. Hay una extensa serie de procedimientos que deben cumplirse y que garantizan las libertades.
Una política de seguridad efectiva puede justificar restringir algunas libertades en momentos o períodos de tiempo puntuales, sí, rotundamente sí, salvo que la población esté dispuesta a pagar el precio de ataques terroristas indiscriminados y miles de muertos. Entrando en materia, en el tema de las escuchas telefónicas y la retención en aeropuertos, no hay ninguna restricción a las libertades, todo se hace conforme a las leyes vigentes y bajo supervisión de FISA. Se ha explicado ampliamente que la interceptación de comunicaciones se refería a metadatos, lo cual no vulnera ningún derecho.
Como humanos que somos, a veces se pueden producir errores, cierto, pero son eso, errores puntuales, no una política general.
Si es usted un ciudadano que se ocupa de sus asuntos, nada tiene que temer en un aeropuerto. Si es un terrorista, sus asuntos y libertades quedan fuera de su control y pasan al mío (por así decirlo). Es cuestión de elección, como todo en la vida.
Por otra parte, no sé a qué viene tanto escándalo, EE. UU lleva interceptando comunicaciones desde hace décadas y bajo todos los presidentes. Siempre se ha hecho con respeto a las libertades de la mayoría de los ciudadanos. Este tema, más allá del debate político, no tiene mayor recorrido.

– ¿Quién controla a un «Equipo Ejecutivo»?, es decir, ¿cómo se previene que alguien de «Pandora» se incluya en el equipo?

Lo controla un coordinador o coordinadores bien instruidos y leales, seleccionados al máximo y con méritos contrastados. Los filtros de seguridad y selección son esenciales para evitar filtraciones indeseadas. Hay tests y pruebas infalibles para asegurar a las personas idóneas….que no le voy a describir, por supuesto. Por encima puede estar el director nacional de inteligencia o directamente el presidente.

– Además de acabar con los terroristas yihadistas, ¿cómo se podría terminar con la idea de islamismo fundamentalista que justifica el integrismo?

Lo diré en pocas palabras: educación, tolerancia e inversiones en desarrollo.

– Cambiando de tema, no solo se habla de trabajo en el «Equipo Ejecutivo», sino que se incluyen romances y relaciones personales entre los protagonistas. ¿Fue la parte más entretenida o la más complicada mientras
escribía?

No es fácil, tiene su intríngulis, créame. Fue una parte amable, eso sí, y bastante divertida. Las relaciones personales están llenas de sorpresas y chispa. Me gusta ofrecer al lector esa parte personal de los personajes que les permite conocerlos mejor y les proporciona humanidad.

– Yo siento debilidad por John Brady (menuda le cae encima), ¿usted siente predilección por alguno de sus personajes?, ¿por qué?
Brady es esencial en la historia, es el tipo que coge al toro por los cuernos, ¿verdad?
A mí me caen muy bien Chuck Sullivan, Josh Perkins y Shania Jones. Porque son incorruptibles, imbatibles y con personalidades muy interesantes.

– Como última pregunta: ¿Ha pensado si podría tener continuación el «Equipo ejecutivo» en otra novela?

Algunos de sus integrantes, los más destacados, aparecerán en próximas novelas inmersos en otras aventuras y operaciones.

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