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El bergantín español «Galveztown»

Nada mejor que contra la intolerancia, los prejuicios y los estereotipos absurdos que conocer la Historia de cerca y profundizar en ella. Nada mejor que compartir esa Historia con quienes la han protagonizado o con sus descendientes para vacunarse de intolerancias e ignorancia.
En ocasiones encontramos iniciativas tan extraordinariamente pedagógicas como la que lleva a cabo la Universidad de Málaga (España) con el proyecto de construcción de una réplica exacta del bergantín «Galveztown», que participó en la guerra de la independencia de los Estados Unidos. Profesores y estudiantes de la Universidad de Texas A&M, visitaron a finales de mayo la ciudad de Málaga para conocer de cerca este proyecto. Esta visita formó parte de los acuerdos alcanzados con la Universidad de Texas A&M para el desarrollo de varias investigaciones históricas.
Lo interesante del proyecto «Bergantín Galveztown» es que va más allá de la reconstrucción de un barco, y contempla una serie de proyectos culturales, sociales y educativos de primer nivel. Por ejemplo, merced a este acuerdo, la universidad estadounidense dedicará a seis de sus estudiantes durante seis meses a desarrollar el plan de empresa para introducir el proyecto del bergantín en los Estados Unidos como escaparate cultural y empresarial para firmas españolas. Esto representa una original forma de enlazar Historia con intereses comerciales actuales. Proyectos de este tipo son los que necesita España para su crecimiento económico y Estados Unidos para el estudio, conocimiento y difusión de su Historia.

La construcción de la réplica, de veintiún metros de eslora, ocho de manga y con dos palos, continúa en la sede de los astilleros Nereo de Málaga, con el objetivo de que esté concluida para el año 2014, con motivo de la conmemoración de la última presencia británica en Florida. El buque original «Galveztown», de 1779, era propiedad de Bernardo de Gálvez, un brigadier del Ejército de Tierra nacido en Macharaviaya (Málaga) que tuvo una importante faceta náutica en la guerra de la independencia de Estados Unidos y fue virrey de México.
Bernardo de Gálvez apoyó a los independentistas estadounidenses antes de su declaración de Independencia a Inglaterra, siempre mantuvo una gran amistad con el que sería primer presidente de los Estados Unidos, George Washington, y entregó de su propio bolsillo apoyo económico a los sublevados. Esta es la Historia que contribuyó a cambiar el mundo y en ella participaron los españoles más allá de lo que se conoce y estudia en Estados Unidos y en la propia España.
Es la Historia que sigue siendo un enorme recurso de riqueza aún sin aprovechar.

Aquí pueden leer más acerca de la Historia del «Galveztown»:

La historia del bergantín Galveztown se remonta a comienzos de 1777, cuando llegó a Nueva Orleáns el malagueño Bernardo de Gálvez, nombrado coronel del regimiento Fijo de La Luisiana y gobernador de dicha provincia española. Siguiendo las instrucciones de la Corona de España, el joven gobernador comenzó a ayudar a los independentistas norteamericanos protegiendo la navegación por el Misisipí de los buques que abastecían los territorios de Arkansas, Kentucky e Illinois, y también suministrando por cuenta de España y Francia alimentos, pólvora, armamento, uniformes, medicinas y otros muchos pertrechos a los ejércitos del general Washington.
Declaradas las hostilidades contra el Reino Unido, Bernardo de Gálvez llevó a cabo una brillante campaña contra los establecimientos ingleses en el río Misisipí a partir del mes de septiembre de 1779, logrando conquistar para España los fuertes de Manchac, Baton Rouge, Natchez y otros pequeños puestos militares de la zona.
Mientras que se desarrollaba aquella ofensiva, a las cinco y media de la tarde del 11 de septiembre, en el gran lago Pontchartrain, junto a la ciudad de Nueva Orleáns, la goleta norteamericana Morris mandada por el capitán Pickles, entabló combate con el bergantín inglés West Florida, al mando del capitán Payne. El encuentro se saldó con el triunfo de los americanos, pese a que la nave británica era de mayor porte y estaba mejor armada.
Terminada la citada campaña Oliver Pollock, representante del Congreso de los Estados Unidos en Luisiana, como muestra de agradecimiento por tan importantes victorias, de las que él fue testigo, impuso al citado bergantín el nombre de Galveztown, nombró capitán a Pedro Rousseau, que participó en su captura, y regaló el buque a Bernardo de Gálvez.
Tras los éxitos conseguidos en el Misisipí y la conquista de La Movila, en febrero de 1781 Bernardo de Gálvez logró desembarcar en la isla de Santa Rosa para iniciar el ataque a Pansacola. Los ingleses habían dejando un estrecho canal de acceso a ella y construido el fuerte de Barrancas Coloradas para controlar el paso por dicho canal. La ciudad de Panzacola estaba defendida por otros tres fuertes: La Media Luna, El Sombrero y Jorge. Para conquistarlos era necesario que las fuerzas de Gálvez cruzasen a tierra firme desde la citada isla, para lo cual resultaba imprescindible el apoyo de la artillería de los buques españoles.
El navío San Ramón, de 74 cañones, buque insignia de la flota de apoyo, intentó atravesar el canal de entrada según el plan previsto, pero al encallar en una zona de escasa sonda tuvo que desistir de su empeño. Por temor a que el resto de los buques pudiesen sufrir la misma suerte y convertirse en fáciles blancos para la artillería inglesa, la flota quedó al pairo fuera de la bahía, sin adoptar decisión alguna.
Ante tan grave circunstancia, que podía suponer el fracaso de la empresa, Bernardo de Gálvez adoptó una decisión heroica: a las dos de la tarde del 18 de marzo de 1781, a bordo del bergantín Galveztown inició la entrada en la bahía de Panzacola, seguido de tres pequeños buques auxiliares, enviando previamente al comandante de la flota el siguiente mensaje:
Una bala de a treinta y dos que le envío y presento, recogida en el campamento, es de las que reparte el fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo.
Inmediatamente la artillería inglesa abrió fuego, pero ninguno de los 28 cañonazos disparados llegó a alcanzar a la pequeña flotilla, que logró cruzar el canal sin daños. Aquel heroico acto supuso que Bernardo de Gálvez alcanzase fama universal.

Tras casi 50 días de reñidos combates, en los que Bernardo de Gálvez recibió dos heridas, el 8 de mayo de 1781 las tropas inglesas se rindieron, cayendo prisioneros más de 1.000 hombres y capturándose numerosos pertrechos y unas 150 piezas de artillería. En reconocimiento a tan resonante éxito, que además fue decisivo para los norteamericanos, porque despejaba de enemigos su retaguardia, el rey Carlos III ascendió a Gálvez a Teniente General y le concedió el título de Conde de Gálvez.
Acabada la guerra el Galveztown fue adquirido por la Real Hacienda en Nueva Orleáns el 31 de julio de 1784 en 10499 pesos y 8 reales. Al año siguiente, al mando de Lorenzo Delvaux, se utilizó como correo entre Veracruz, La Habana y Nueva York para la comunicación entre Bernardo de Gálvez, ya Virrey de Nueva España, y Diego de Gardoqui, nombrado primer representante de España en los Estados Unidos.
A fines de 1785 Gardoqui informó al ministro de Indias José de Gálvez, tío de Bernardo, del mal estado en el que se encontraba el Galveztown. Poco después, el 18 de febrero de 1786, el ministro autorizaba la construcción de un buque de igual porte y del mismo nombre.
En consecuencia el 26 de junio de 1786 Bernardo de Gálvez dio orden a Gardoqui para que se iniciara la construcción en Nueva York de un nuevo Galveztown en los astilleros de la firma Lynch&Stoughton.
Lamentablemente el Virrey no llegaría a ver el nuevo buque, ya que falleció el 30 de noviembre de 1786. Meses más tarde, el 12 de mayo de 1787, Gardoqui escribía a Floridablanca lo siguiente:
Este bergantín Galveztown es el que he hecho construir de orden de S.M. para reemplazar al viejo de este nombre. Las circunstancias de parecerse al antiguo y la de ser un bergantín le han ligado al constructor bastante; sin embargo su obra es perfecta.
Los documentos localizados por Manuel Olmedo Checa y Francisco Cabrera Pablos en los archivos de Indias e Histórico Nacional prueban que el nuevo Galveztown fue una fiel reproducción del primero, siguiendo los expresos y lógicos deseos del Conde de Gálvez.
La localización de dichos documentos ha sido providencial, aunque fruto del esfuerzo realizado investigando en diversos archivos, pues han permitido determinar con total exactitud las dimensiones y características del bergantín Galveztown sin que haya lugar a duda alguna. Tenía una eslora de 95 pies y 8 pulgadas – unos 29,15 metros- y su manga era de 27 pies y 6 pulgadas – unos 8,22 metros. Desplazaba 334 toneladas, tenía 20 portas para cañones y su coste fue de21 473 pesos fuertes, 2 reales y 6 cuartos.
Los citados datos, junto con un pormenorizado y exhaustivo inventario del Galveztown, fechado en Nueva York el 12 de mayo de 1787, han permitido la reconstrucción del histórico bergantín.

Ya se han colocado los tacos de madera sobre los que se comenzará a levantar, en los astilleros Nereo, una réplica del bergantín del general Bernardo de Gálvez. Se hizo precisamente en la jornada en la que se conmemoraban los 227 años de la entrada de la Armada Española en la bahía de Pensacola. Los astilleros Nereo dieron el simbólico pistoletazo de salida a la construcción del bergantín ´Galveztown´, colocando los 17 tacos de madera, sobre los que se levantará la estructura del barco. La construcción se inició el 8 de mayo con la colocación de la cuaderna maestra en una ceremonia que contó con marineros y artesanos vestidos de época y un cuarteto que interpretó la música de Boccherini que resuena en la película ´Master and Commander´. Los astilleros recibirán los primeros 25 troncos de roble de Virginia, donados por la ciudad de San Agustín en Florida, y que serán transportados por la armada norteamericana hasta Rota y de ahí hasta Málaga. Como señala un portavoz de los astilleros, la idea de reproducir el barco del general Gálvez «ha trascendido el ámbito» de las instalaciones de Pedregalejo para implicar a instituciones norteamericanas y españolas como el Museo Naval de Madrid, la Universidad de Connecticut, la Universidad de Texas A&M, o la propia Universidad de Málaga.
En total, para lo que es la estructura del barco se emplearán unos 50 metros cúbicos de madera virginiana, donada por la ciudad de San Agustín. La implicación estadounidense en el proyecto también alcanzará con la participación de una pareja de carpinteros de ribera norteamericanos, en la construcción del barco, que está previsto que se finalice en 2014.
Tras la botadura de la embarcación, la idea es que el ´Galveztown´ recorra varios puertos de España, México y Estados Unidos, a modo de museo flotante del general Gálvez.




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