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La Pascua


La representación plástica de la Pasión del Señor, encuentra su pleno sentido cuando se vive desde la fe profunda en la Resurrección. Dios Padre, a su Hijo que murió en la cruz por nuestros pecados, lo resucitó (cfr. Hc 2, 24), lo ha exaltado a su derecha y ha enviado su Espíritu. Espíritu que permanece en su Iglesia y en nuestros corazones como en un templo (cfr. 1 Cor 3, 16), que ora y da testimonio en nosotros de la adopción de hijos (cfr. Gál 6, 6).
De ahí que no podamos vivir en plenitud la Semana Santa sin celebrar la Resurrección.
Por esta razón, las salidas procesionales de la Pasión han de orientarse a la celebración de la Vigilia Pascual, verdadera culminación de toda la Semana Santa, madre de todas las vigilias, para “llegar más a Cristo”, y la Pascua que se inicia hoy.
Dios conduce a su pueblo a la liberación a través de la pascua judía.
La pascua de los pastores semitas:
Pascua es una fiesta muy antigua que celebraban los pastores seminómadas del antiguo Oriente.
Se realizaban en la noche con la ocasión de la primera luna llena de la primavera, antes de salir con el rebaño para los nuevos pastizales.
El rito central de la pascua estaba centrado en el sacrificio de un cordero o un cabrito de apenas un año, probablemente primogénito, todo esto lo hacía el padre ya que no había sacerdotes.
En el ritual de la sangre del animal que había sido sacrificado y con la cual se marcaba el dintel y las jambas de la puerta o de la tienda donde se comía en la pascua. El significado de este rito era, como lo anota Ex 12, 13-23, preservar las casas y sus habitaciones del mal, llamado allí “el Exterminador” , sobre todo a lo largo del viaje en el que tantos peligros amenazaban.
La prohibición de quebrarle los huesos (Ex 12, 46) lo cual de por sí alude al modo de vida del campo en el que los animales no son cocidos sino asados, y a lo que añadió posiblemente la creencia de una revificaciòn a partir de los huesos intactos.
La pascua, por tanto, es anterior al Judaísmo y al Cristianismo, pero está en línea de continuidad, y desde el principio está caracterizada por la fiesta de la libertad.


La pascua Cristiana.
La Pascua de Cristo El evangelio de Juan alude a tres pascuas de Cristo: la que coincide con la expulsión de los mercaderes (Jn 2,12-22), la que pone de relieve el tema del pan (Jn 6) y la de la acogida triunfal de Jesús, coincidiendo con el día en que se escogían los corderos pascuales (Jn 12ss), para manifestar que Jesús es el verdadero «cordero de Dios que quita el pecado del mundo». La palabra «pascua», en el NT, equivale a la fiesta de la Pascua o de los Azimos, a la cena pascual y al cordero pascual. La pasión de Jesús se desarrolla en un contexto pascual, ya que en ese tiempo tuvo lugar la última cena de Jesús, su prendimiento, su interrogatorio y su condena. Según los sinópticos, Jesús fue condenado en la noche de Pascua y crucificado al día siguiente. La última cena de Jesús fue pascual (Mc 14,12-26 par). En cambio, según San Juan, todos estos acontecimientos tuvieron lugar veinticuatro horas antes (Jn 18,28; 19,14), ya que Jesús murió cuando se degollaban los corderos de Pascua, en la tarde del 14 de Nisán. Los sinópticos ponen de relieve que la última cena es la Pascua nueva. Juan acentúa que Jesús es el nuevo cordero.
Hoy se interpreta que la última cena de Jesús fue banquete, con los gestos del ritual judío de la comida, es decir, «bendición» del pan y «acción de gracias» por el vino después de haber cenado. Los relatos de la eucaristía omiten la descripción del ritual judío y ponen el énfasis en esos dos gestos. Fue también cena de despedida de Jesús antes de la entrega. Todas las comidas de Jesús eran «buena noticia» que hacían presente ya, aunque no en su plenitud, el banquete escatológico del reino de Dios. Jesús comió con los pobres, reconcilió en la mesa a pecadores y cenó diariamente con sus discípulos. La última cena tuvo un relieve especial. Los cuatro relatos de la institución son adaptaciones litúrgicas de las palabras y acciones de Jesús en la última cena. En realidad no cuentan lo que Jesús hizo, sino cómo celebraban los primeros cristianos y qué sentido tiene la eucaristía. Los cuatro relatos coinciden en señalar lo que Jesús hizo y difieren en precisar lo que dijo. Jesús se compara a sí mismo con el pan (cuerpo) y el vino (sangre). Según la antropología semita, el hombre es «carne»; la sangre era para los hebreos «sustancia de la vida». El término «cuerpo», en contraste con «espíritu», se emplea para referirse a toda la persona. Está en conexión con el pan; la sangre apunta a la muerte violenta.
Los dos gestos judíos de Jesús en la última cena pascual manifiestan el relieve eucarístico de la Pascua cristiana. Hay una bendición sobre el pan y la copa; se ofrece el pan partido y la copa de vino, y se acompaña esta entrega con palabras significativas y eficaces. Uno de estos gestos, el de partir el pan, dará nombre a la eucaristía, denominada por Pablo «Cena del Señor »

EUCARISTÍA
Eucaristía es una palabra griega que quiere decir «agradecimiento» o «acción de gracias», así que está por todas partes, en los textos griegos, por supuesto.


La pascua se celebra durante 50 días, desde el domingo de Pascua hasta Pentecostés.  Según la liturgia actual, la cuaresma termina en la tarde del Jueves Santo con la Cena del Señor, que da paso al Triduo Pascual.  El Viernes Santo se hace el «ayuno pascual» que continúa el Sábado Santo, preparatorio a la gran celebración pascual .  El triduo culmina en la Vigilia Pascual del sábado.
Los primeros ocho días de la pascua constituyen la octava  y se celebran como solemnidades del Señor. El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismo en toda la temporada de pascua. 
En el día 40 de la pascua se celebra la ascensión del Señor y los 9 días de la ascensión a Pentecostés (la novena original) son días de intensa preparación para la venida del Espíritu Santo. 


De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como un rayo, y su vestido blanco como la nieve. Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: «No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como dijo.
 Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. Ya os lo he dicho».
(Evangelio de Mateo, 28, 1-7)

Jesus Amigo

Trust His Heart

«I must tell Jesus»

Peace is Flowing like a River

Hillsong United – Hosanna – Español (Spanish)

Leyla Fahce – Quiero levantar mis manos

Leyla Fahce – Ven espiritu, ven




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