Se logró, España es la nueva campeona del mundo de fútbol, tras ganar a Holanda 1-0. Un gol de Andrés Iniesta, quintaesencia del juego de esta selección, creativo y mágico, a cuatro minutos del final de la prórroga, ha catapultado a España a la elite del fútbol mundial. El gol ha hecho justicia a un jugador magistral, Iniesta, que brilla con luz propia, y al juego de toda la selección, que se ha impuesto a una Holanda con malos modos en el terreno de juego, bronca y muy leñera. Pero esta vez la Selección ha jugado sin desfallecer y lo ha seguido intentando con enorme fe en sus posibilidades, sin bajar los brazos, sin rendirse. Y la recompensa ha llegado casi al final, en una apoteosis colectiva, de jugadores y afición, unidos tras una jugada y un gol extraordinarios.
El éxito de esta Selección Española se ha fundamentado en un juego colectivo brillante, demostrando que en el campo han sido los mejores. Los jugadores españoles han puesto grandes dosis de talento, esfuerzo, pundonor, sacrificio y coraje. En suma, de raza y genio futbolístico, que ha cosechado sus frutos al final, tras un partido de lucha constante contra una Holanda empeñada en destruir el juego español.

Por fin la Selección Española de Fútbol ha estado a la altura de lo que se esperaba de un país que vive y vibra con el fútbol desde siempre, que hace de este deporte el gran referente informativo y que esta vez sí ha culminado un campeonato que pasará a la historia.
Además del fútbol que han desplegado los jugadores sobre el campo, han destacado y mucho los valores humanos que hay detrás de los Casillas, Sergio Ramos, Pujol, Iniesta, Xavi, Busquets, Villa, Reina, Piqué y el resto de la selección. Incluido el propio seleccionador, Vicente del Bosque, que con su labor paciente, serena, pacífica y humilde, ha cerrado las bocas de quienes dudaban de él, logrando llevar a la excelencia el juego de la Selección.
Estos valores humanos son los que les han ayudado a complementar su talento futbolístico y los que les han empujado hacia el éxito. Valores como la generosidad, jugar entre amigos y hacer verdadero equipo, una piña de hermandad y amistad. Un ejemplo para esa España que ahora se siente orgullosa de ellos. Esta unidad, sin envidias, con auténtica camaradería, tan típicamente masculina, está en la base del triunfo de la Selección, que ha contado con jugadores que han sabido jugar de forma inteligente, creativa y con valor desde una premisa: la amistad incondicional que une a todos ellos, como si fuesen ese grupo de amigos de patio de colegio, y que ha sabido conectar con el espíritu de millones de aficionados, que se han visto reflejados en los jugadores, quienes han hecho realidad el sueño de todos.

El juego de inmenso talento, vistoso y alegre, batallador hasta el final, de fútbol total, de esta Selección Española quedará en la retina como un punto culminante del deporte español, pero también, y no menos importante, esos valores de solidaridad, compañerismo leal y humildad, lejos de egocentrismos y prepotencias, que son la marca de esta Selección, con la que se identifican millones de ciudadanos, unidos en un espíritu deportivo y nacional como pocas veces se han experimentado en la España de los nacionalismos autonómicos exacerbados y políticamente manipulados por unos pocos en beneficio de intereses particulares. Y que están lejos de lo que sienten realmente la mayoría de los ciudadanos, identificados con su Selección nacional.
Este triunfo en el Mundial es el triunfo de los valores españoles que reflejan estos jugadores que han sabido jugar al fútbol como se hace en España desde la más tierna infancia: con la ilusión de marcar el gol de la victoria en un Mundial con la Selección en la gran final mientras el país entero estalla de alegría. Un gol marca Iniesta, en la prórroga y con coraje.
A los jugadores, al entrenador y a la afición española, campeones también, enhorabuena.

ESPAÑA CAMPEONA DEL MUNDO – GOL DE INIESTA

¡ESPAÑA! CAMPONES DEL MUNDO