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Félix Rodríguez de la Fuente: 30 Aniversario

En el treinta aniversario de la muerte en avioneta de Félix Rodríguez de la Fuente, ocurrida en Alaska mientras filmaba la carrera Iditarod, nada mejor que recordar sus propias palabras para mantener viva la llama de su conocimiento y su mensaje ecológico y humanista.
Les sugiero que lean estas frases y fragmentos de sus discursos, que encierran auténtica sabiduría.

“Yo creo que el alma, el espíritu de todos los seres humanos, forma
un tejido poderoso que envuelve todo el planeta,
y que alguna manera es el que pervive.
Yo creo que quien aporta más a esa alma colectiva, a ese acerbo colectivo,
a ese ser vivo palpitante y palpable que es el ente de la cultura viviente
universal, de alguna manera pervive, y de alguna manera
obtiene un billete para la eternidad”
Dr.Félix Rodríguez de la Fuente.

«El hombre es síntesis del Universo,
el planeta es síntesis del Universo,
entre el hombre y la Tierra
hay el abrazo profundo,
el cordón umbilical irrompible
que puede haber entre el niño y la madre,
cuando el niño está en el claustro materno.
Si el cordón se rompe,
el niño muere,
y la propia madre está en peligro»

Dr. FELIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE

«El día que el hombre mal informado,
acabe con la vida externa a sus epitelios,
acabará consigo mismo».
Dr. FELIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE

En la agreste infancia de la meseta burgalesa pedía a mis buenas niñeras del páramo que me contaran una historia de lobos, y con estas historias me dormía, arrullado por la seguridad de la casa, dulce y confortable.

Félix Rodríguez de la Fuente

Estaba yo un día solo. Había pasado el águila real, y no solamente me había brindado uno de sus penetrantes vuelos de caza, sino que había estado describiendo las más fantásticas acrobacias en compañía de su pareja. ¡El águila! El macho y la hembra colgados en el cielo estuvieron como cinco o diez minutos, ¡quién sabe!… ¡Yo estaba prendado de sus alas!, ¡yo quería volverme pájaro!

Félix Rodríguez de la Fuente

Medicina me atrajo enseguida, porque era una carrera estrictamente biológica y antropológica. Podía estudiar los misterios de la Naturaleza condensados en el cuerpo humano.

Félix Rodríguez de la Fuente

Todos debemos ir engrosando ese pequeño ejército, ¡Qué el día de mañana se considerará un ejército heroico!, mucho más que los que lucharon con las armas en la mano: el ejército de los que un buen día dijeron que había que hacer algo para proteger a una Madre que no se queja, que nos ha dado todo lo que tenemos, ¡y a la que estamos matando…!

Félix Rodríguez de la Fuente

La Catedral de León o las Piramides de Egipto las podemos destruir cuando queramos, todo es cuestión de dinamita y reconstruirlas cuestión de tiempo; pero cuando desaparece una sola especie animal, la hemos perdido para siempre, porque crear sólo Dios puede hacerlo.

Félix Rodríguez de la Fuente

En cualquier caso, creo que la fusión de la actividad mental sobre todo la imaginativa con las experiencias directas, constituyen la base para poder no solo acercarnos a la comprensión de la realidad natural, sino también para poder describirla y, por tanto, hacer a todos partícipes de nuestra vivencia.

Félix Rodríguez de la Fuente

Sin olvidar que nuestras experiencias quedan siempre contrapesadas por un conocimiento científico. Es decir que queremos en todos los momentos, hacer cultura, acercar al hombre del campo o de la ciudad algunos retazos de lo que hace posible la existencia; o en otras palabras llevar a casa de todos un poco la naturaleza.

Félix Rodríguez de la Fuente

Pobre perdiz. Es un verdadero milagro que todavía podamos darnos el gustazo de escucharla cantar pinada en el risco, en el majano o en la piedra señera de nuestros pagos. Todo está contra ella. El pedrisco que la atollasca, el turbión que arregacha las tierras y arrastra los nidos, el trueno que enhuera las nidadas, las escopetas negras que no conocen veda, los herbicidas y las cosechadoras, el lámpico pastor de botella y la escardadora cuadrillera. Y luego, toda la picaresca del alar, del lazo, de la lanchuela y del correr a los perdigones hasta rendirles asfixiados. Y después el lagarto y el zorro. Y además los córvidos, una verdadera plaga desatada por nuestros campos; porque grajos y picadas son, hoy día, los peores enemigos de la perdiz.

Félix Rodríguez de la Fuente

¡Que oportunidad, empezar a decir en Televisión lo que hay que decir y convencer a las gentes de este país de que están acabando con lo mejor que tenemos, que son los animales, que es el paisaje, que es la integridad del medio ambiente, que son las leyes ecológicas!

Félix Rodríguez de la Fuente

En las raras ocasiones en que los esfuerzos que vengo realizando en defensa de los animales salvajes han llegado a fatigarme, me ha bastado pensar que la Naturaleza pertenece a los niños para reanudar mi batalla encaminada a la conservación de la fauna.

Félix Rodríguez de la Fuente

La cultura tecnológica está obligando al hombre a vivir en cárceles confortables, en inmensos laberintos sin horizontes, hechos de cemento, hierro y cristal.

Félix Rodríguez de la Fuente

Nuestra expansión es tan abrumadora que en pocas décadas invadiremos los pocos espacios libres de que disponen los animales salvajes. Los grandes Parques, respetados y admirados por todos, serán entonces sus últimos reductos. En ellos se conservará como el más precario tesoro de la humanidad.

Félix Rodríguez de la Fuente

Hemos de hacer todo cuanto esté en nuestras manos, hemos de luchar juntos, unidos, tenazmente, para que, como ha muerto la roca de los halcones, no muera también una roca mucho más grande, una roca redonda, inmensa, una roca con corazón de hierro y basalto, una roca con piel de agua y nubes, una roca con voz de trinos de pájaros y rumor de brisa, en la que se está mezclando con demasiada fuerza el estruendo de las máquinas inventadas por los hombres; una roca que viaja por el espacio tripulada por la especie humana y por todos los animales vivientes; una roca que a mí me gusta llamar planeta azul.

Félix Rodríguez de la Fuente

No podemos atentar contra el viejo y todavía joven planeta que nos ha dado vida. Debemos contribuir todos a que la Tierra siga siendo por los siglos de los siglos un planeta azul.

Félix Rodríguez de la Fuente

Las generaciones nacidas en las más monstruosas aglomeraciones humanas, como Nueva York, Londres, París o ¿por qué no? Madrid, empiezan a arrojar un alto porcentaje de jóvenes inadaptados, sucios, melancólicos, irascibles, toxicómanos y con una expresiva sintomatología psíquica muy parecidas a la del animal de experimentación arrancado prematuramente de su biotopo y enjaulado.

Félix Rodríguez de la Fuente

Dios siempre perdona. El hombre a veces, la naturaleza no perdona jamás.
Félix Rodríguez de la Fuente

«No veo al lobo caricaturizado de la fábula o al halcón envilecido en el parque zoológico, sino como criatura que, a través de la aventura de la vida, comparte con el hombre el destino de la tierra. Una criatura cercana y emparentada con nosotros mismos, victoriosa en una larga y fascinante historia evolutiva (…) Una criatura palpitante, gloriosa como el halcón que cae de las nubes».
Félix Rodríguez de la Fuente

“Debemos contribuir a que la Tierra siga siendo durante siglos un planeta azul”.
Félix Rodríguez de la Fuente

«Hay que considerar que lo que parece el fin, muchas veces es sencillamente el principio de un proceso de incalculable valor biológico»
Félix Rodríguez de la Fuente

«Para que en las noches españolas,
no dejen de escucharse,
los hermosos aullidos del lobo»;
Félix Rodríguez de la Fuente

“El hombre es un poema tejido con la niebla del amanecer, con el color de las flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo o el rugido del león.”
Félix Rodríguez de la Fuente

“Hemos de hacer todo cuanto esté en nuestras manos, hemos de luchar […] juntos, unidos, tenazmente, para que no muera […] una roca redonda, inmensa, una roca con corazón de hierro y basalto, una roca con piel de agua y nubes, una roca con voz de trinos de pájaros y rumor de brisa, en la que se está mezclando con demasiada fuerza el estruendo de las máquinas inventadas por los hombres; una roca que viaja por el espacio tripulada por la especie humana y por todos los animales vivientes; una roca que a mó me gusta llamar planeta azul.”
Félix Rodríguez de la Fuente

«En plena orgía de domesticación el hombre domesticó al propio hombre. Un profundo abismo separó lo salvaje de lo doméstico: lo libre de lo que tenía dueño. El hombre rompió el cordón umbilical que le unía a la madre Naturaleza».

Félix Rodríguez de la Fuente

Fragmentos de discursos de Félix Rodríguez de la Fuente:

«La vida en el llamado planeta Tierra es diversa, es rica, es aparentemente indestructible pero muy frágil hasta tal punto que por si por alguna razón un ingenio que viniera de una galaxia remota transportara, por ejemplo, un hongo que se pudiera comer a todos los vegetales verde; un hongo destructor de clorofila, la vida en nuestro planeta se acabaría en unas horas. Si las plantas, de pronto, se «olvidaran» de hacer la función clorofílica, que es transformar lo inerte en vivo, se habría acabado la vida. Todo el oxígeno que hay en nuestra atmósfera lo han fabricado las plantas. Todas las posibilidades de vida que hay en nuestro planeta lo tienen las plantas en sus propios tejidos. Y las plantas, como si fueran los adoradores de una primitiva divinidad, se lo roban al dios Sol.
La especie humana, no sabemos por qué razón está haciendo todo lo posible para destruir la vida en el planeta en el que vivimos. Estamos envenenando la atmósera que respiramos, estamos polucionando las aguas que bebemos, estamos destruyendo la vegetación, estamos deteriorando el suelo, estamos haciendo todo lo que se podría hacer de una manera programada, terrible, como si los invasores de otro planeta hubieran pensado en destruir la Tierra de una manera absolutamente irracional y suicida.
Un hombre es una síntesis de la Tierra en la que vive. El Hombre cuando destruye la Tierra se destruye a sí mismo. Cada especie viviente forma parte de una comunidad en la que estamos inmersos nosotros, una especie viviente cualquiera es una parte de nosotros mismos…
Todos los seres humanos tenemos la obligación de hacer algo para defender a esta madre nuestra que es la única que tenemos y que se llama Tierra.
El hombre debe ser conciente de que no tiene más que una sola Tierra y que el porvenir de ella, de sus hijos y de sus nietos depende de lo que cada uno de nosotros hagamos por nuestro planeta. Todos nosotros tenemos que ir engrosando ese pequeño ejército, que el día de mañana se consederará como un ejército heróico, mucho más que el de los ejércitos que lucharon con las armas en la mano. El ejército de los que un buen día dijeron que había que hacer algo para proteger a una madre que no se queja, que nos ha dado todo lo que tenemos y a la que estamos matando y que es ésta, la Tierra que nos soporta».

«Vivimos más años que nuestros antepasados primitivos, disfrutamos de más confort, estamos casi exentos del dolor, de muchas enfermedades, del hambre, de la sed y de la fatiga. Pero nos reímos mucho menos que los pueblos primitivos. Nos aburrimos infinitamente más y carecemos de la espontaneidad, del optimismo permanente y de la fe en sí mismo que tiene el hombre de la Naturaleza. La imprensión que han sacado todos los viajeros y etnólogos que entraron en contacto por primera vez con tribus de cultura antigua  es la de permanente felicidad, alterada únicamente por los imperativos del medio ambiente.
Y la hospitalidad, la ayuda mutua, la sinceridad y el carácter infantil de los hombres de la naturaleza, son virtudes en las que coinciden todos los científicos que les han estudiado.
¿Por qué han perdido los hombres civilizados todas estas características del comportamiento que podrían encerrarse en la palabra espontaneidad? ¿Por qué tienen que pensarse tantas veces las cosas antes de realizarlas? Seguramente porque llevamos mil años alejados de la naturaleza. Porque nuestras ansias infantiles de conocimiento, de contacto y de amor hacia los seres vivos han sido transformadas por una educación utilitaria en inclinaciones agresivas que llevan al hombre no a usar sino a abusar de su mundo»
«Yo te cantaré una canción hermano elefante. Yo pondré en tus oídos muertos el misterio de unas palabras que aprendí de un chamán de los pigmeos efé. Unas palabras que se han transmitido de hombre a hombre, de cazador a cazador, desde el principio de los tiempos. De todos los que han matado la carne respetando al espíritu. De la ética antigua de los cazadores que consideraban como el más imperdonable tabú matar más de lo que se podía comer. Escucha hermano elefante la canción del pigmeo.
¡Oh hermano elefante! Tú eres el más grande, el más hermoso y el más listo de todos los seres de la selva. Mi lanza se clavó en tu vientre. Ahora ya estás muerto. Pero yo no te tocaré. Mis mujeres y mis hijos y los hombres de mi pueblo van a comer tu carne para que no se pudra y se pierda»
Félix Rodríguez de la Fuente

IDITAROD – FELIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE

El Hombre y la Tierra-El lobo

La Muerte de Félix Rodríguez de la Fuente




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