Reunión del G-20 en Pittsburgh, Pennsylvania. Otra oportunidad para plantear soluciones y estrategias a la crisis económica y financiera mundial.
La Administración Obama ha impulsado las medidas que considera adecuadas en un amplio rango de temas: una economía global más sostenible, control de las prácticas bancarias, reforma del sistema regulatorio del sector financiero con normas más estrictas, control de los bonus a banqueros y transparencia de la remuneración de altos ejecutivos, mayor ahorro norteamericano, conversaciones de comercio internacional, uso de combustibles fósiles, energías limpias, equilibrio de poder en las instituciones financieras, etc. La cuestión es si se han planteado bien, si se han tomado medidas concretas, y si serán eficaces. Muchos de estos temas no se están enfocando de la manera acertada.

En unos meses veremos si Obama consigue frutos o todo queda en fotos y vídeos de cara a la prensa y la opinión pública. La verdadera prueba de fuego serán los resultados.
Estados Unidos, merced a su posición de liderazgo, pese a todo, marca la pauta a seguir en el mundo, al margen de si se tratan de las medidas adecuadas o no, que ése es otro debate.
Mientras tanto, el presidente español, Zapatero, no se sabe muy bien a qué vino a esta cumbre. Quiero decir aparte de hacer turismo gubernamental a cargo de los impuestos de todos los españoles, y hacerse fotos en familia (léase bochorno público…) que luego censuran. Y a todo esto, España deslizándose hacia una depresión económica formidable que puede prolongarse años.