Donald J. Trump lo ha repetido por activa y por pasiva a lo largo de su campaña electoral, y lo sostiene ahora, cuando ya es el Presidente de los Estados Unidos: su estrategia es simple, honesta y directa. Su acción de gobierno girará en torno al cumplimiento de sus promesas.
Los medios de comunicación progresistas, que son mayoría, los mismos que trataron de que fracasara en las primarias y en la elecciones presidenciales, intentan poner piedras en el camino al nuevo presidente. No quieren que tenga éxito porque será un éxito en el que esa prensa manipuladora, al servicio de lobbies y de una ideología dañina, no jugará ningún papel.
Por esta razón, los medios que falsean las noticias se han lanzado como depredadores contra el discurso inaugural del Presidente Trump y sus primeras acciones de gobierno, que empiezan a dar cumplimiento a sus promesas electorales. Esto es algo que esos medios odian porque saben que la gente que apoya a Trump, que es mucha, se sentirá feliz y lo seguirán apoyando en el futuro. Los medios deshonestos, que no son todos, pero casi, acostumbrados al incumplimiento de las promesas por parte de los políticos, se ven así sorprendidos, al igual que en la campaña electoral, por el Presidente Trump, un hombre que no está atado a convencionalismos ni a fórmulas de compadreo con la prensa ni con nadie.
Vemos cada día cómo cierta prensa se desprestigia en su guerra contra el Presidente Trump, al que no le va a temblar la mano en denunciar esta campaña sucia contra él y su gobierno en la que se empeñan cierto tipo de periodistas que han dejado de ser tales para convertirse en falseadores con máscara.
Los lobbies son también otro de los enemigos declarados del Presidente Trump, al que no pueden tratar como una marioneta. Uno de los grandes cambios que introduce Trump es la estrategia de los buenos resultados para Estados Unidos. Con enorme altura de miras, el Presidente de Estados Unidos ha limpiado la pizarra y está dibujando un nuevo esquema de juego. Si ciertas políticas han perjudicado al país, condenando a millones de personas a una vida más pobre, ¿por qué no cambiar esas políticas? ¿Por lealtad a unas ideas, a unos grupos de presión, para quedar bien con otros países, para congraciarse con la prensa? Con el Presidente Trump todo eso es papel mojado. Los cambios reales son posibles.
El discurso inaugural de Trump incluye elementos de enorme valor que en boca de otro político aceptado por los medios, serían hoy ya palabras históricas realzadas en su justa medida. El Presidente Trump está devolviendo el poder que se había repartido en Washington D.C. y en otros centros al pueblo estadounidense. Si esto lo hubiera hecho Obama o Hillary, encontraríamos a las periodistas que ahora claman como posesas, en estado de éxtasis corporal y espiritual. Pero lo está haciendo Trump, y eso se les atraganta. Y hay más. Desde hace años, todos sabemos que la estructura de la OTAN necesita cambios si quiere ser algo más que un centro de reunión exclusivo para intercambiar chascarrillos militares. Los burócratas acomodados lo han impedido. Con el Presidente Trump esos cambios son posibles y harán de la OTAN una herramienta eficaz.

El establishment general no se recupera del impacto que supone que alguien como Trump esté en la Casa Blanca porque se acaban sus privilegios de décadas, de familias adineradas y conectadas, de sus negocios particulares a la sombra del poder y de olvidarse de la gente. Con el Presidente Trump esto cambia. «Nunca seréis ignorados de nuevo. Vuestras esperanzas, vuestros sueños, vuestra voz definirá el destino de América». El establishment seguirá luchando para hacer caer a Trump e imponer sus intereses. Es una guerra abierta que definirá si recuperamos nuestra democracia o queda secuestrada por los privilegiados de siempre. “El establishment se protegió a sí mismo, pero no protegió a los ciudadanos. Sus victorias no son vuestras victorias. El cambio empieza aquí y ahora». Con el Presidente Trump, quien ha puesto una prioridad que el pueblo llevaba años demandado. «Durante demasiado tiempo hemos defendido las fronteras de otros países mientras nos negábamos a defender las nuestras». El momento de reconstruir los Estados Unidos es este y empieza con el Presidente Trump, el único que ha recogido este sentimiento de la gente, que ha sabido captar ese sentimiento compartido de que el país se iba a la mierda mientras los políticos no hacían nada o lo hacían todo para otros países menos el nuestro.
Por eso, es comprensible que la nueva acción de gobierno del Presidente Trump, ésa que los corresponsales extranjeros de prensa no comparten ni entienden, se resuma en estas palabras: «Una nueva visión gobernará nuestra tierra. Desde ahora sólo será ‘América Primero’. En cada decisión que tomemos, en impuestos, en inmigración…».
Con el Presidente Trump, América sale ganando porque está poniendo al país por encima de ideas, personas, influencias, naciones y tejemanejes políticos varios. Eso es patriotismo. Lo demás, son intereses y valoraciones sesgadas. Y es importante porque el poder de Estados Unidos, el poder transformador de este país, siempre se ha construido con base en el patriotismo.
El Presidente Trump acierta de pleno al poner a las clases medias en el objetivo de su recuperación nacional porque son éstas las que han hecho grande a América. Con ellas podemos volver a recuperar la prosperidad si les otorgamos nuevas oportunidades. «La riqueza de nuestra clase media ha sido arrebatada de sus hogares y distribuida por todo el mundo. Eso es el pasado.» «Este cambio empieza aquí y ahora. Este es vuestro momento, os pertenece». El Presidente Trump hace que esto sea posible. Su agenda de gobierno permitirá reconstruir el país, no sólo físicamente con carreteras, puentes, aeropuertos y otras infraestructuras vitales, sino también moralmente y con valores tradicionales que han forjado esta nación.
Nos hemos cansado de escuchar durante años cómo otros lloraban el declive de Estados Unidos y el abandono de sus infraestructuras. Esos mismos, muchos de los cuales están en los medios deshonestos, son los que patalean como seres rabiosos ahora que el Presidente Trump lo va a hacer. Porque saben que eso será un éxito que hará que vuelva ganar en el año 2020 para mantener a América grande otra vez.
El Presidente Trump tiene una estrategia simple, honesta y directa que hará que los ciudadanos de este país recuperen el sueño americano con algo más que palabra bonitas, con realidades y oportunidades en la vida diaria. Esta estrategia lo conecta con el pueblo americano, esa mayoría social que lo ha votado, lo aplaude y lo apoya con entusiasmo.