Browse By

National Strategy for Counterterrorism (Estrategia Nacional para el Contraterrorismo)

El último intento de ataque terrorista en Estados Unidos fue desarticulado a tiempo y se convirtió en un éxito de los servicios de Inteligencia y policiales de este país. Amine El Khalifi, un marroquí de 29 años de edad, en situación ilegal en Estados Unidos, fue arrestado a finales de febrero cuando se dirigía al Capitolio en Washington D.C. con un arma automática y un chaleco bomba. El arresto se produjo tras una larga operación de más de un año, durante la que este individuo se encontraba perfectamente monitoreado por las autoridades. Agentes encubiertos del FBI, que El Khalifi pensaba que eran de Al Qaeda, le proporcionaron lo que él creía que eran explosivos y una pistola para llevar a cabo su atentado. Pero los agentes del FBI habían dejado las armas inutilizadas. El Khalifi barajó una serie de objetivos, incluyendo instalaciones militares, generales del ejército americano, un restaurante y sinagogas, antes de decidirse por el Capitolio federal.

Este ha sido el cuadragésimoquinto atentado frustrado en Estados Unidos desde el 11/S y el sexto de este tipo en Washington DC. Eso en términos oficiales. Pese a que los medios de comunicación se han acostumbrado a estas noticias y apenas prestan espacio y tiempo a ellas cuando no hay muertos de por medio, estas operaciones son importantes no sólo para desarticular esos intentos de ataque sino para recordarnos que la amenaza terrorista sigue latente y viva y no podemos bajar la guardia. Los éxitos de estos años y el nivel de seguridad alcanzado no deben hacernos caer en la autosatisfacción y la complacencia. No podemos permitirnos ser tolerantes con los terroristas o lo pagaremos muy caro de nuevo. El ataque desarticulado nos recuerda una vez más la trascendencia de mantener una política antiterrorista sólida y conservar herramientas fuertes y eficaces para la disuasión y la lucha contra el terrorismo.

Los servicios de Inteligencia, las fuerzas armadas y las fuerzas policiales son los tres ejes que deben permanecer vigilantes, pero también con un mínimo de atención por parte de la sociedad en general. Sólo así estaremos en condiciones de desarticular los próximos intentos de ataques terroristas, que inevitablemente se producirán. En esa tarea de constante mejora es muy positivo el debate en torno a las políticas de seguridad y antiterrorismo, por ejemplo sobre los cambios que han entrado en vigor en la National Strategy for Counterterrorism (Estrategia Nacional para el Contraterrorismo) y qué aspectos se pueden mejorar para garantizar la seguridad del país y afrontar mejor los próximos desafíos del terrorismo.
Un análisis del documento y de las políticas actuales nos señalan claramente algunas de las estrategias y herramientas que podemos mejorar o poner en marcha con ese objetivo. Necesitamos mantener una vigilancia extensa y continuada para prevenir los constantes intentos de ataque terrorista que se producen por Al Qaeda, fanáticos de toda condición y pelaje, antisistemas e individuos que caen en la órbita del radicalismo ideológico o religioso. La alerta debe continuar.

Como parte esencial de la estrategia antiterrorista, necesitamos implementar estrategias eficaces contra el extremismo violento y el fanatismo galopante. En este sentido, la Administración aprobó el plan denominado “Empowering Local Partners to Prevent Violent Extremism in the United States” (Otorgando poder a los socios locales para prevenir el extremismo violento en Estados Unidos). Esta estrategia perfila la colaboración de las agencias federales para que puedan ayudar a las autoridades locales, grupos y organizaciones privadas a prevenir la violencia del extremismo. Entre sus prioridades está la cooperación de las fuerzas de seguridad y una divulgación adecuada de conocimientos que permitan a las comunidades protegerse de la propaganda extremista, sobre todo en Internet, donde lamentablemente abundan los descerebrados, los fanáticos y se crea el caldo de cultivo para la violencia extrema. Pero este programa debe ser completado con mayores recursos económicos, objetivos bien definidos y acciones concretas que se sustancien en hechos y avances sobre el terreno que hagan crecer la seguridad en las comunidades y la sociedad en general.

Otro de los puntos que requiere especial atención y mejora es la cooperación inter agencias para el intercambio de información y la coordinación de operaciones. Es preciso mejorar aún más los planes para aumentar el intercambio de información entre agencias federales y entre el gobierno federal y las fuerzas de seguridad estatales y locales, así como con los aliados internacionales. Esta cooperación es vital en el éxito contra las amenazas terroristas y uno de nuestros mejores recursos para evitar ataques terroristas y garantizar la seguridad de los ciudadanos. Quienes siempre hemos defendido y apoyado esta colaboración inter agencias, sabemos y sostenemos que aún queda mucho por mejorar en este sentido y que es una de las claves para alcanzar una eficacia aún mayor.

Por último, necesitamos conservar las mejores herramientas antiterroristas que tenemos y sumar otras nuevas. Por ejemplo, defendiendo la Ley PATRIOT, que es un pilar esencial para mantener la seguridad nacional de Estados Unidos y combatir eficazmente las amenazas terroristas. Hay disposiciones claves de la ley que necesitamos garantizar, como la autoridad para la vigilancia itinerante y la disposición para acceder a documentos de las empresas, que se han demostrado indispensables en la lucha antiterrorista y para frustrar ataques, y que requieren autorización cada año para seguir operativas. Si deseamos disponer de las herramientas contraterroristas que necesitamos en la Inteligencia y los servicios policiales para luchar contra los planes terroristas, el Congreso debería apoyar que la Ley PATRIOT no prescriba automáticamente y hacerla permanente.
Son sólo algunas de las mejoras que necesita la estrategia contraterrorista estadounidense para seguir garantizando el éxito contra los terroristas. Plantear esto ahora significa mejorar con eficacia e inteligencia para que el país siga siendo más seguro y ofrezca oportunidades para todos los ciudadanos que desean vivir en paz.




Translate »