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Lago antártico Whillans

Si hay algo que caracteriza el espíritu estadounidense es el afán de aventura y exploración. Lo hubo durante la conquista del Oeste y lo hay en la carrera espacial, pero no únicamente. Aquí, en la Tierra, encontramos numerosos ejemplos de este espíritu que hace que progresemos sobre logros reales y no quimeras.
Recientemente, se produjo una expedición estadounidense para llegar a Whillans, un lago enterrado a una profundidad de casi 1 km bajo el hielo antártico, que alcanzó su objetivo con éxito. Los científicos que participaron en esta audaz iniciativa informaron que los sensores de su sistema de perforación detectaron un cambio en la presión, indicando que habían hecho contacto con el lago. El proyecto Whillans forma parte de una serie de medidas llevadas a cabo en los últimos años con el propósito de investigar los lagos enterrados bajo la Antártida. Una misión que no es nada fácil dadas las circunstancias existentes en esta zona del mundo. Por ejemplo, el pasado diciembre un equipo británico abandonó su proyecto de llegar al lago Ellsworth tras enfrentarse a dificultades técnicas. El lago Whillans está ubicado en el oeste de la Antártida, al sureste del Mar de Ross, y es un denso sistema de corrientes, similar a un delta, que abarca unos 60 kilómetros cuadrados. El cuerpo líquido es superficial y está a pocos metros de profundidad. El equipo de perforación utilizó un taladro de agua caliente para derretir un agujero de 30 cm de diámetro a través del hielo subyacente. El plan que tienen en mente, ahora que el agujero es seguro, es bajar las herramientas necesarias para obtener muestras y sensores para estudiar el lago, sus propiedades y su entorno. Algunas de estas muestras serán evaluadas directamente en el sitio, mediante laboratorios temporales emplazados en la superficie del hielo, y otras serán entregadas a universidades asociadas para un análisis más riguroso.

De acuerdo a los datos que se tienen, el espesor del hielo subyacente es de 801m, una cifra que concuerda con las estimaciones realizadas a partir de imágenes sísmicas.
Para evaluar la importancia de este tipo de proyectos es interesante conocer que el agua líquida bajo la capa de hielo de la Antártida tiene una influencia directa en su movimiento. Hay más de 300 cuerpos de agua subterráneos identificados en el continente blanco que se mantienen en estado líquido gracias al calor geotérmico y la presión, y que forman parte de una gran red hidrológica y dinámica ubicada bajo la capa de hielo. Algunos de estos lagos están conectados entre sí e intercambian agua y otros están totalmente aislados y el agua podría haberse estancado desde hace miles o millones de años, lo que significa que probablemente alberguen microorganismos desconocidos para la ciencia moderna. Un hallazgo de estas características nos daría información científica de enorme valor.
El interés de los científicos por estudiar los sistemas hidrológicos subglaciales de la Antártida se debe precisamente, en parte, a que el agua líquida bajo la capa de hielo tiene una influencia directa en su movimiento (el hielo sobre el lago Whillans se mueve a unos 300 metros por año). Esta información es útil para diseñar medidas que ayuden a lidiar con los efectos de los cambios climáticos.
La profundidad del lago Whillans no es tan grande como la del lago Vostok (4 km) o Ellsworth (3 km), y su agua se intercambia con frecuencia debido a las corrientes subyacentes.

Además, explorar los entornos subglaciales también puede proporcionarnos una idea del potencial de habitabilidad de algunas lunas en el Sistema Solar. Europa, satélite de Júpiter, y Encelado, que orbita Saturno, tienen grandes volúmenes de agua líquida enterrados bajo sus cortezas congeladas. Los astrobiólogos creen que estas lunas pueden albergar microrganismos extraterrestres.
Los científicos internacionales que han conocido este logro estadounidense coinciden en que es un avance importante y emocionante. Si tenemos en cuenta que el proyecto de Ellsworth tuvo lugar en las montañas transantárticas, en el punto más alto, que Vostok está ubicado en la Antártida Oriental, y el proyecto de Whillans está situado hacia la costa en una región del delta, podemos concluir que el contraste de los resultados de estas investigaciones nos dará una mayor comprensión y conocimiento detallado de lo que está sucediendo bajo el hielo de la Antártida, que en realidad afecta a todo el planeta.
La puerta está abierta a lo que se descubra en Whillans, pero no sería de extrañar que se hallen organismos marinos o evidencias de incursión marina, ya que si Whillans está abierto al sistema marino, también lo está abierto a la incursión de otros microorganismos.




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