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Atilano, el quebrantahuesos conquistador

Una de las recuperaciones más importantes del mundo en cuanto a aves se está produciendo en España, con el programa de cría y repoblación del quebrantahuesos, una de las más simbólicas y significativas de los cielos pirenaicos.
El joven “Atilano” es quien carga en sus alas con la responsabilidad de devolver a Asturias la presencia del quebrantahuesos. Atilano es el último de su especie nacido en cautividad en Aragón, y ya ha comenzado su «crianza campestre» en el Pirineo oscense, donde aprenderá de sus congéneres y formará su identidad antes de ser soltado en los Picos de Europa (Asturias) con el objetivo de recuperar esta especie extinguida allí hace medio siglo.

Este simpático polluelo nació el pasado 25 de marzo en el Centro de Cría en Aislamiento Humano (Criah) de La Alfranca, en Pastriz (Zaragoza), dirigido por el naturalista Gerardo Báguena y gestionado por la Fundación Española para la Conservación del Quebrantahuesos; un centro que depende del Gobierno de Aragón, donde permaneció bajo el cuidado de veterinarios y naturalistas hasta que en mayo fue trasladado al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido para su «adiestramiento natural». Los que estuvieron a cargo del traslado refieren que el polluelo no dejó de piar aturdido por el largo viaje por carretera de casi cuatro horas y el fuerte calor para un animal de alta montaña y que fue depositado por el propio Gerardo Báguena en el interior de su nuevo nido artificial, situado en una plataforma de «hacking», en un idílico y apartado paraje del parque. Como es lo correcto, todo el proceso se hizo en silencio porque estos animales no están acostumbrados a calibrar la voz humana y su sonido les provoca estrés e hiperventilación, entre otros desórdenes, tal y como ha explicado Báguena.

“Atilano” quedó «derrumbado» boca abajo en su nido y en ese estado se esperaba que permaneciera unas siete horas sin comer, tras lo cual sería alimentado con tejido blando con agua para hidratarlo hasta que cogiera las fuerzas suficientes para recibir su primera ceiba.
Una vez recuperado, desde su nido, que está protegido por barrotes de hierro y una base de lana ovina, habitual en los nidos de quebrantahuesos, el polluelo aprenderá a interaccionar con los de su especie, a conocer los aspectos de «jerarquía y dominación social» y a ser quebrantahuesos, que falta le va a hacer cuando lo suelten. Aprenderá patrones de conducta por imitación, observando cómo los quebrantahuesos y otras rapaces se aproximan hasta el comedero salvaje frente a la caseta de dos pisos y unos veinte metros cuadrados por planta que alberga el nido y el camastro de su cuidador o cuidadora, al que no verá.
Los responsables del parque depositan en el comedero, los martes y viernes, unos 200 kilos de patas de ovinos y espinazo, que se lo reparten de esta forma: los buitres devoran el espinazo y los quebrantahuesos el resto. En ocasiones pueden verse hasta doscientas rapaces comiendo en este lugar, todo un espectáculo digno de ver y que por sí mismo crea conciencia ecológica y conservacionista.

Los cuidadores de “Atilano”, Gerardo Báguena, la veterinaria Naiara Arantzamendi y el naturalista Julio Roldán, en aislamiento con el animal durante turnos rotatorios de tres días, deben vigilar y anotar sus movimientos, además de darle de comer con la ayuda de un señuelo, separados por cortinas y espejos que los hacen invisibles al animal. Este proceso de adiestramiento y reencuentro con la naturaleza, es conocido como «hacking», y se prolongará durante un mes, hasta mediados de junio, y luego, cuando Atilano ya sepa volar, será llevado a los Picos de Europa para concluir con su formación y soltarlo.
En el parque asturiano podrá encontrarse con «Deva», una quebrantahuesos hembra de tres años introducida en ese hábitat en el año 2010, gracias a un protocolo de colaboración de los gobiernos aragonés y asturiano (ejemplo de lo que debe primar entre regiones españolas y no enfrentamientos nacionalistas absurdos), de manera que se espera que se convierta en la pareja de Atilano y en un plazo de entre seis a diez años pasen a ser reproductores. Bueno, hay que esperar a que la pareja se conozca, surja el feeling entre ellos y decidan pasar a mayores….Pero sus responsables ya piensan en la descendencia.
Este esfuerzo encomiable tiene dos objetivos: preservar esta especie en grave peligro de extinción y reintroducir en Asturias el quebrantahuesos, que se extinguió de los Picos de Europa por el acoso humano hace 50 o 60 años. De hecho, fue tiroteado, envenenado y los nidos robados, así como los huevos y los pollos, sin ninguna causa concreta, más que la estupidez habitual humana y la ignorancia del personal, que es muy grande. Se lo cazaba por su belleza y como trofeo, y se llevó a la especie a la extinción.

Ahora que la gente está algo más preparada en general se confía en que no vuelva a ser cazado indiscriminadamente. Sin duda también contribuirá el hecho de que matar a un animal en peligro de extinción en España ya no es una simple falta administrativa, sino un delito penado con hasta diez años cárcel y multa de 300.000 euros. Personalmente me parece poco y como siempre en estos casos extremos recomiendo abatir al cazador ilegal si se puede, o bien treinta años de cárcel y una multa de un millón de euros.
Actualmente, España tiene la suerte de contar con una colonia reproductora de quebrantahuesos ubicada en la cordillera pirenaica, que desde hace 25 años se viene monitorizando de manera constante. Gracias a este seguimiento se ha podidio identificar a parejas con problemas de reproducción y salvar sus huevos o polluelos, para luego ser tratados en el Centro de Cría en Aislamiento Humano Criah mediante incubación artificial.

El propósito del proyecto es que el quebrantahuesos vuelva a la libertad y a su medio natural; no son animales que vayan a zoológicos ni a ningún otro centro en cautividad. Este programa de aclimatación de crías de quebrantahuesos se lleva realizando en el Parque Nacional de Ordesa desde mediados de los años 90 y hasta la fecha se han liberado once pollos en su hábitat natural. Es un programa único en Europa y a diferencia de otros similares, como el que hay con el cóndor de California, en Estados Unidos, o el cóndor andino en Argentina, de los que ha recogido algunas experiencias, procedimientos, protocolos, etc, en este programa la presencia humana se intenta que sea mínima.
Proyectos como estos son los que contribuyen a salvar especies emblemáticas y de especial importancia ecológica, por eso necesitan de todo nuestro apoyo, reconocimiento y aplauso. No sólo hacen un bien a la naturaleza sino que a través de la colaboración tienden puentes entre las personas y los territorios, más allá de fronteras. Simplemente como hacen las aves de forma natural.




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