Los servicios de Inteligencia están, entre otras cosas, para detectar amenazas y riesgos en el horizonte. Una de las últimas es tremendamente peligrosa y, como sucede a veces, es producto de la incompetencia de algunos políticos y políticas. El acuerdo para levantar las sanciones al régimen de Irán abre la puerta a que miles de millones de dólares caigan en manos de los terroristas que habitualmente financia, entrena, apoya, alienta y mantiene activos el régimen iraní.
Los lectores se preguntarán, y con razón, que sabiendo esto por qué no se evita. Es simple: con la Administración Obama y los demócratas (incluida una Hillary Clinton que no distingue el pie derecho del izquierdo… política y estratégicamente hablando), hemos topado. Ellos, que han urdido este acuerdo con Irán, nos dejan un regalito envenenado a todo el mundo. Con la connivencia de Europa, que se ha lanzado rauda a por su parte del pastel económico. Porque a los fondos a los que tendrá acceso el régimen iraní, en virtud del acuerdo, que son más de 55.00 millones de dólares (como para financiar varios Estados Islámicos y Al Qaedas), también meterá la mano ahí la IRGC (la Guardia Revolucionaria de la República Islámica) y otras unidades del régimen que se dedican alegremente a apoyar a grupos terroristas, partidos políticos y medios afines a su causa, por todo el mundo. Por ejemplo, a los terroristas de Hezbollá. O bien ¿les suena la conexión Irán-Podemos? Por poner otro ejemplo actual y familiar para los españoles. Este modelo de apoyo iraní a perroflautas y derivados es lo que se lleva ahora en las élites del régimen iraní para infiltrarse en las democracias occidentales con objeto de destruirlas desde dentro o manipularlas a su antojo. El exitoso caso de ETA/EH Bildu en el País Vasco (las Vascongadas de toda la vida) es uno de los precedentes que tienen en cuenta para impulsar esta estrategia.
No seamos almas cándidas y pensemos que ese dinero, y más que van a conseguir, va a ir a construir escuelas y cuidar el medio ambiente. Para nada. Irá directo a los bolsillos de los terroristas y de otros grupos antisistema afines religiosa o ideológicamente. Por eso la alerta de la comunidad de Inteligencia ya se ha desatado para que monitoricemos ese dinero y las actividades de los iraníes. Es la única forma de controlar que no caiga en manos terroristas, y si cae (que caerá), poner de nuevo los medios necesarios para evitarlo y luchar contra esa amenaza.

Pregunta del millón de dólares: ¿a quién se le ocurre hacer semejante regalo a los iraníes, con sus conexiones terroristas más vivas que nunca? Ponga los nombres usted mismo, empiezan por O, por H, por J…. En fin… es fácil. Nunca se ganó un millón de dólares más fácilmente.
Este 2016 empieza convulso y con un enorme estímulo financiero a los terroristas islámicos radicales y a la expansión del programa de misiles balísticos del régimen de Irán. ¿Esto se puede corregir? Por supuesto. En las próximas elecciones presidenciales de noviembre eligiendo un presidente que afronte las amenazas con realismo y no como si fueran parte de un cuento de Walt Disney. La razón es simple: porque el régimen iraní no tiene nada de cuento y sí mucho de terrorismo.