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La derrota ideológica de Al Qaeda


Desde los ataques terroristas del 11/S han pasado siete años de intensos conflictos bélicos. La Guerra contra el Terrorismo impulsada por la Administración Bush se ha cobrado numerosas victorias, aunque también ha soportado la impopularidad de medidas necesarias: Guantánamo, centros de detención secretos, “entregas extraordinarias”, interceptación de llamadas telefónicas y correos electrónicos, entre otras acciones conflictivas.
El resultado, y es mérito del Presidente Bush y de cuantos han trabajado en estos programas, ha sido que no haya un solo ataque terrorista en suelo americano en estos años. ¡Y eso que lo han intentado veces! Pero con ser esto importante, hay algo que lo es aún más. La derrota ideológica de Al Qaeda, que es hoy una realidad cada vez más evidente y con una proyección en el futuro aún mayor.
Porque esa derrota ideológica es el principio del fin de la organización terrorista.
La Guerra contra el Terrorismo, la política de Bush, en definitiva, se acepte o no, se admita o no, es la que está detrás de que Al Qaeda esté actualmente más cerca de la derrota definitiva. Tan importante como los golpes que se le han asestado a la organización en Iraq, Afganistán, en el Sehel, Somalia, Filipinas, EE.UU, o Europa, que han sido vitales, lo es la derrota ideológica, porque ésta es la base en la que encuentran argumentos los terroristas. Sin ideas razonables no hay argumentos con los que luchar; la pistola se queda sin balas, por así decirlo.
Una de las claves de que los yihadistas estén perdiendo esta batalla de las ideas, son los ataques indiscriminados que han provocado contra la población musulmana en los numerosos lugares donde han atacado y su incapacidad para presentar un proyecto viable de convivencia, tolerancia, y progreso. Todo lo que EE.UU ha sido capaz de presentar como alternativa.
El festín de sangre, destrucción, y muerte que ha causado Al Qaeda estos años, con especial crudeza en poblaciones islamistas, con acciones salvajes y espantosas, que por cierto pocas veces se han reflejado en unos medios de comunicación occidentales empeñados y obsesionados en presentar las “maldades” de Bush, han cosechado una creciente ola de rechazo entre la población musulmana, antiguos yihadistas y clérigos islamistas de gran influencia social. De tal forma que los argumentos de Al Qaeda han perdido popularidad y coherencia.
La organización terrorista aún tiene suficientes yihadistas para mantener en jaque a Occidente un tiempo, pero es indudable que está tocada de muerte.
Al Qaeda persigue una sociedad islámica mundial estricta y radical, pura en su confesión religiosa y combativa con Occidente en su faceta política. Pero los ataques a la población y el rastro de miseria causado con sus ataques, ataca directamente contra esos objetivos poniendo al descubierto el verdadero rostro de la organización terrorista. Una dictadura islamofascista en manos de unos yihadistas fanáticos.
Los musulmanes encuentran cada vez más difícil justificar los desmanes y ataques brutales de Al Qaeda y los grupos radicales a los que inspira, dentro de su órbita ideológica. La muerte de ancianos, mujeres y niños, de población civil no combatiente, de manera premeditada y cruel, ha abierto los ojos de la gente.
Hasta los más influyentes clérigos dan la espalda a Al Qaeda. En 2007, coincidiendo con el sexto aniversario del 11/, el jeque saudí Salman Al Oudah, un clérigo admirado en el pasado por Osama bin Laden, declaró en una entrevista para la cadena árabe MBC, al ser preguntado por la Guerra contra el Terrorismo, dirigiéndose a bin Laden:
“Mi hermano Osama, ¿cuánta cantidad de sangre ha sido derramada? ¿Cuántas personas inocentes, niños, ancianos y mujeres han sido asesinadas en nombre de Al Qaeda? ¿Te sentirás feliz de encontrarte ante Alá todopoderoso cargando en tus espaldas estos cientos de miles o millones de víctimas?”
Duras palabras de quien es considerado uno de los padres del Sahwa, un movimiento revivalista islámico extendido en Arabia Saudí durante los 80. Bin Laden usó en su día declaraciones del clérigo, o su encarcelamiento, para justificar sus proclamas contra la presencia de tropas estadounidenses en Arabia Saudí, la denuncia contra el gobierno del país, y los ataques contra EE.UU.
Al Oudah es uno de los clérigos más radicales; por ejemplo, en 2004 firmó, junto con otros 26 clérigos, un edicto que declaraba la legitimidad religiosa de la resistencia violenta contra la intervención norteamericana en Iraq. Esto convierte sus declaraciones y acusaciones contra bin Laden en una fractura fundamental en el movimiento ideológico interno de Al Qaeda.
Pero no ha sido el único que ha alzado su voz últimamente. El ideólogo Sayyid Iman Al Sharif, conocido como Doctor Fadl, que ejerció una notable influencia en la creación de Al Qaeda y que en su día justificó el 11/S, escribió en 2007 un libro que ha causado otra fractura interna considerable, en el que califica como ilegítimos los ataques de los últimos años, incluyendo los ataques contra civiles en Occidente.
Al Sharif es el creador del takfirismo, una doctrina radical que defiende la calificación como no creyentes, susceptibles de ser asesinados, a todos los musulmanes que no apoyen la yihad. Este argumento es el que han usado los terroristas hasta ahora para justificar el asesinato de musulmanes. Las obras del Doctor Fadl se encuentran entre la documentación que suele incautarse a las células islamistas por todo el mundo. Esto establece el verdadero alcance de las palabras de Al Sharif y lo que suponen ideológicamente de derrota para Al Qaeda.
Lo vemos claramente en su libro “Racionalización de la Yihad”, en el que leemos afirmaciones como: “la yihad ha sido manchada con graves violaciones de la ley divina durante los últimos años (…) hay quienes matan a cientos, incluyendo mujeres y niños, musulmanes y no musulmanes en nombre de la yihad”.
El impacto de este libro en Al Qaeda fue tan enorme que Al Zawahiri se vio en la necesidad de contraatacar en su libro La Exoneración. Pero la situación ha llegado a un punto de no retorno. Al Sharif también ha declarado en una entrevista a un periódico árabe que “bin Laden y Ayman Al Zawahiri son seres inmorales”.
Otro ideólogo radical que está cambiando sus posturas es el jeque palestino Abu Muhammad al-Maqdisi, mentor del que fuera líder de Al Qaeda en Iraq, Abu Musab al.-Zarqawi, que ahora condena la yihad en Iraq con palabras como estas: “ha tenido lugar un improductivo uso de la violencia, especialmente por el asesinato de musulmanes chiíes: Las manos de los guerreros de la yihad deben permanecer limpias”.
Muchos veteranos muyahidines, como Noman Benotman, compañero de bin Laden en la guerra contra los soviéticos, y líder del Grupo Combatiente Islámico Libio, colabora con el gobierno de su país para disuadir a otros veteranos de seguir con la yihad y ha firmado una carta en la que critica a la cúpula de Al Qaeda por matar a cada vez más inocentes civiles, sobre todo musulmanes.
Antiguos yihadistas, desengañados con Al Qaeda, se están uniendo a los esfuerzos para poner al descubierto a los radicales islamistas, haciéndoles ver el error y el engaño en el que viven, con una visión e interpretación fanatizada y manipulada del Islam.
El desafecto hacia Al Qaeda se constata fácilmente en el descenso del apoyo explícito a bin Laden, que ha caído espectacularmente en todo el mundo y, en particular, en los países musulmanes, como demuestran los estudios de opinión realizados por Pew Research Center o World Public Opinion. Por ejemplo, de 2003 a 2007, ese apoyo cayó en Marruecos desde un 49% a un 27%, en Pakistán de un 45% a un 24,5% y en Indonesia de un 58% a un 21%.
Además, la nueva estrategia de la Guerra contra el Terrorismo, impulsada desde la Administración Bush e implementada por los Servicios de Inteligencia, el ataque contra las páginas webs que usan frecuentemente los yihadistas para lanzar sus mensajes de intolerancia y fanatismo, está dando excelentes resultados y llevan la batalla a un frente vital, el de las ideas y la comunicación. De momento, tres de esas webs desde las que se exportaba la propaganda de Al Qaeda: Al-Ekhlaas, Al-Buraq y Alfirdaws, ya han sido neutralizadas. Otras, como Al-Hesbah, son objeto de lucha y control. Sólo son la punta del iceberg de las decenas de sitios de Internet en los que la guerra contra el yihadismo vive momentos cruciales, y que está contribuyendo a derrotar la ideología del terror y sus esfuerzos para recaudar dinero y adeptos.
La derrota ideológica de Al Qaeda nos acerca el fin del yihadismo, pero éste no cesará inmediatamente. Basta un reducido grupo de terroristas para sembrar el pánico, como bien sabemos. Todavía veremos acciones terroristas, algunas espectaculares, como en Bombay, pero la derrota de bin Laden y Al Qaeda es ya una realidad en tanto y cuanto sus objetivos nunca serán alcanzados. El mundo occidental y el mundo musulmán han dado la espalda a esos argumentos.
EE.UU, con su Guerra contra el Terrorismo, está a un paso, difícil y complicado aún, pero un paso, de derrotar al mayor enemigo de la libertad de este incipiente y convulso siglo XXI.




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