Una de las épocas más extraordinarias y bonitas del año es el Adviento, el tiempo de espera hasta la Navidad, el día en el que nace Jesús de Nazareth. Es el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste básicamente en un tiempo de preparación, silencio y reverencia con motivo del nacimiento de Cristo, un Niño que quiere nacer en nuestro corazón para salvarnos, purificarnos y darnos vida, para que la tengamos en abundancia.
Su duración abarca los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad, por lo que estamos en pleno Adviento ahora, y para los cristianos auténticos es un tiempo de reflexión y perdón. Adviento viene del latín adventus, que se traduce como presencia o venida, pero venida de una persona para acogerla y compartir con ella.
Uno de los rasgos externos durante esta época es que se coloca en las iglesias y también en los hogares una corona de ramas de pino o abeto, llamada corona de Adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de Adviento. La corona de Adviento es un conjunto de ramas verdes trenzadas en círculo, está decorada por cuatro velas, tres de color morado y una de color rosado, que se van encendiendo cada semana. A menudo, se incluye una quinta vela de color blanco, símbolo de pureza y júbilo, que se enciende el mismo día de Navidad. La tradición marca que a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe. También es costumbre reunirse con la familia cada domingo alrededor de esta corona de Adviento, encender una vela y acompañar esos momentos con lecturas bíblicas y oraciones.

Durante la celebración del Adviento los cristianos preparamos nuestra alma para recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia entre nosotros, es la verdadera esencia del significado de esta época y de la Navidad. Así recordamos la venida de Jesús, la luz del mundo.
Otra vez Jesús les habló, diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»
Juan 8:12

Los símbolos de la tradicional corona de Adviento son estos:
– Corona de forma circular: El círculo representa el amor de Dios, debido a que no tiene principio ni fin; símbolo del tiempo reflejado en el ciclo de las estaciones; también es nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

– Ramas Verdes: Verde representa la esperanza y la vida. Las ramas es el significado de la persistencia de la vida a través del elemento vegetal. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

– Cuatro Velas: La adoración al Sol como origen y fuente de la vida mediante la luz de las velas. Nos hacen pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al ser humano y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.
Son tres velas moradas, que simbolizan el tiempo de penitencia y conversión; el morado es el color de profundización espiritual y preparación, correspondientes a las tres primeras semanas de Adviento; el color rosado se usa en la misa del Domingo Gaudete (la tercera semana de Adviento), y resulta de la mezcla del morado con el blanco, para indicar la cercanía de Navidad y representa la alegría de la llegada de Jesucristo; en algunas coronas de Adviento se pone una quinta vela, más grande y de color blanco, que se enciende el día de Navidad. El blanco en la liturgia simboliza pureza y tiempo de júbilo, y es usado en los momentos principales del calendario litúrgico: Navidad y Pascua.

– Manzanas Rojas: Representan el fruto prohibido del jardín del Edén con Adán y Eva, que trajeron el pecado al mundo, pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.
El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

La bendición de la Corona de Adviento se puede hacer en familia con la siguiente oración:

Señor Dios, bendice con tu poder
nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.

El tiempo de Adviento comenzó el pasado 2 de diciembre y se prolongará hasta el 23 de diciembre. Es la forma correcta de preparar y vivir la Navidad, que en nada tiene que ver con el consumismo y el derroche, las grandes comidas y festines, las fiestas descontroladas, los desparrames del personal o la celebración de unas vacaciones que ni se sabe a qué cuento vienen y a las que se va quitando el verdadero significado.
Estamos en Adviento y caminamos hacia la Navidad con la ilusión auténtica de lo que ha de llegar, que tiene un profundo significado espiritual, de fe, compasión y hospitalidad. La verdadera Navidad.
¡Feliz Adviento y Feliz Navidad!

ADVIENTO, TIEMPO DE SILENCIO

Adviento