Doce reglas para la vida: un antídoto contra el caos, de Jordan Peterson
Se ha convertido en un best seller internacional y su autor ya es el hombre más odiado por la izquierda progresista. Jordan Peterson saca los colores a los progres con inteligencia y sentido común. Esto le vale una legión de seguidores y lectores que van en contra de esa corriente ideológica que trata de imponer una dictadura de lo políticamente correcto y de ideología de género vía feminismo radical.
Sus libros, conferencias y sus vídeos son algunos de los más leídos, escuchados y vistos en todo el mundo. Es probable que en lugares como España no le promocionen, ni falta que le hace. Cualquiera con curiosidad intelectual y una mente realmente abierta a la crítica lo conoce y se muestra de acuerdo con muchos de sus argumentos.
Jordan Peterson ha acuñado frases antológicas y cargadas de razón como:”Hay que detener a los autoritarios de la igualdad ¡ya!”; «Políticas de identidad y la mentira marxista del privilegio blanco»; «El juego de la corrección política (y algunas contra-tácticas)»; «Neo-marxismo posmoderno: diagnóstico y cura», etc, que además son los títulos de algunas de sus célebres conferencias que destilan verdades como puños.
Este profesor de psicología de la Universidad de Toronto, y ex profesor de la Universidad de Harvard, ha tenido la valentía de afirmar y dar altavoz a algunas ideas y realidades que otros también venimos proclamando desde hace tiempo con datos reales: no existe desigualdad salarial entre hombres y mujeres, es una excusa chapucera para conseguir más privilegios para las mujeres, denunciamos el relativismo cultural, sólo hay dos géneros: hombres y mujeres, que mantenemos diferencias biológicas, culturales, de rol e identitarias y de otro tipo que deben ser asumidas con normalidad, la izquierda progresista y el feminismo destruyen las sociedades desde dentro sin necesidad de bombas vía tonterías ideológicas y experimentos sociales, y convierten el sistema democrático en una dictadura censora y peligrosa.
Los libros de Jordan Peterson son número uno en las listas porque hay millones de personas anónimas que están de acuerdo con estos argumentos y ven la realidad con mirada independiente y no contaminada por la ideología del feminismo y el progresismo que destroza cuanto toca.
Los libros de Jordan Peterson son combativos y combinan con habilidad la psicología, la biología la antropología, la economía, la sociología, la filosofía, la religión y la literatura. Es un intelectual sólido e inteligente, pero al que censuran los medios progres para que no llegue a la gente. Los mismos medios de las mentiras contra Trump y del feminismo radical son los que ponen a cantantes de medio pelo, mujeres fáciles o actrices de cascos ligeros como referencia intelectual, y censuran a los que de verdad tienen ideas interesantes y fundamentadas que compartir.
El pensamiento de Jordan Peterson va a contracorriente de las modas actuales que imperan en los medios progres: firmes creencias cristianas, defensa del sentido común, del buen comportamiento individual que es capaz de construir una sociedad positiva y próspera, defensa de valores morales y la búsqueda de un sentido más profundo a la vida que la felicidad temporal que ofrecen las cosas materiales y que abrazan con especial preocupación las generaciones más jóvenes.
Peterson traza una línea clara entre el orden que representa el conjunto de la masculinidad y el caos que va a aparejado con lo femenino, que permite mantener el equilibrio y el mantenimiento de la sociedad. Cuando ese equilibrio masculino/femenino se destruye, la sociedad se erosiona y termina destruyéndose. Ese equilibrio es fundamental para todos los individuos y la base de una sociedad sana.
Jordan Peterson defiende una jerarquía de valores donde algunos temas tienen importancia y prioridad y otros no. Cuando ese sistema de valores falta o falla, entonces la gente no puede actuar o se pierde en caminos que conducen a la desintegración moral y social. Sin valores, no hay significado ni se construye nada importante y duradero. Es lo que sucede actualmente en todos los países donde gobiernan sectores progresistas de izquierdas y feministas, que representan el gran peligro para las sociedades modernas al alejarse de las tradiciones, la religión, los valores superiores, la moralidad, la ética, el sentido de nación y el rol de identidad de género. Ese alejamiento o destrucción completa conduce a la falta de sentido común e individual, a un vacío que se llena con chorradas inventadas por ese progresismo destructor que no mejora las sociedades sino que las destruye, las conduce al caos, a la catástrofe económica e intelectual, debilita a los individuos y fortalece un estado autoritario y censor.
Las ideas que Jordan Perterson defiende las venimos defendiendo un grupo de intelectuales desde hace años. Por eso somos marginados y censurados por la mayoría de los medios de comunicación.
Pero la luz del pensamiento libre y con buenas razones siempre se abre paso y llega a la gente capaz de pensar por sí misma.
Jordan Peterson se ha convertido en un héroe contracultural que está dispuesto a decir lo que casi todos los demás piensan y no se atreven a decir. Es un hombre que no sólo tiene humanidad y sentido del humor, sino también una seria profundidad y sustancia de pensamiento. Los grupos feministas y progres le odian porque es genuinamente cordial, compasivo, atractivo, amistoso, informado, genuino, auténtico, difícil de provocar, humorístico, carismático, perspicaz y positivamente humano. Y, sobre todo, porque lleva razón en lo que dice y piensa.
«Doce reglas para la vida: un antídoto contra el caos» es una guía de responsabilidad contra la cultura del victimismo. Es lógico que las feministas le odien y los masculinistas le adoren. Jordan Peterson afirma que la izquierda lleva más de 30 años de retraso intelectual. Me aventuro a decir que mucho más, se ha quedado anclada en el victimismo y obsesionada con la identidad, la raza, el género, el sexo, etc.