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Scott Brown, Senador Republicano por Massachusetts

Estados Unidos ha vuelto a ofrecer una lección de democracia magistral en la jornada electoral de ayer. Los votantes, cansados de las políticas del presidente Obama, han aprovechado para propinarle un revés que tendrá muchas consecuencias, y lo han hecho después de que el propio Obama se implicara a fondo en la campaña este pasado domingo y tras una alta participación.
Con la elección del candidato Republicano Scott Bown para el Senado por el estado de Massachuetts, los Demócratas pierden algo más que un Senador, pierden la mayoría en el Senado, y cambia el equilibrio de poder, 58 senadores Demócratas por 41 Republicanos y 2 Independientes. Esto afectará a multitud de proyectos de ley que deben ser aprobados por el Senado, entre ellos la reforma sanitaria del presidente Obama.
Esta elección tiene muchas lecturas, entre ellas que el ya Senador Scott Brown se ha ganado el apoyo de los Independientes, fundamental para salir victorioso en este estado tradicionalmente de tendencia Demócrata. La pérdida es doblemente dolorosa para los Demócratas, por tratarse del escaño que ocupaba Ted Kennedy y porque afectará a la agenda de la Administración Obama en numerosos proyectos.

La derrota de la Demócrata Martha Coakley lanza un mensaje alto y claro. Los votantes están en contra de las políticas que está llevando a cabo la Administración Obama, en particular su pretendida reforma sanitaria, que ha levantado ampollas y un debate enconado en la sociedad, rechazado por millones de ciudadanos, la mala gestión del empleo, y el aumento del déficit federal.
Esta elección pone de relieve el descontento de la sociedad hacia cómo se están llevando las cosas en la reforma sanitaria, con reuniones a puerta cerrada, y con un estilo de gobierno que no escucha a los ciudadanos. Que este mensaje salga de Massachusetts, es para los Demócratas más hiriente, pero debería ser lo suficientemente nítido como para que cambien sus políticas.
La victoria de Scott Brown, por un 52 por ciento de los votos frente al 46 por ciento de Coakley, es incontestable y presagia la oleada de victorias Republicanas en las legislativas de noviembre.
Que un Senador Republicano por Massachusetts regrese a la Cámara Alta después de 56 años de dominio de la familia Kennedy y de los Demócratas desde 1932, es sintomático del estado en que se encuentra la opinión pública en Estados Unidos, con un hartazgo cada vez mayor de las políticas más extremas de la Administración Obama, y su incapacidad para atajar el paro. Muchos desconocedores de la política estadounidense, incluso entre los corresponsales y analistas que envían aquí las grandes cadenas de TV, Radio y Prensa, se han visto sorprendidos por este resultado histórico que va a influir en numerosos asuntos de interés nacional (reforma sanitaria, migratoria, impuestos, etc). Esto es así porque la mayoría de ellos ignoran el funcionamiento real de la sociedad y la política norteamericana, que no sigue los dictados de pensamiento de Europa ni de ningún otro lugar.

La elección del Senador Republicano Brown demuestra que el pueblo estadounidense no va a conceder un cheque en blanco a la Administración Obama para que cambie el perfil de Estados Unidos ni va a entregar sus libertades por un Gobierno mayor y más intervencionista, que es lo que pretenden los Demócratas.
A partir de ahora el presidente Obama deberá reconsiderar muchas de sus políticas, sobre todo aquellas que tienen una inclinación socialista y que los electores no desean para esta nación, como se ha demostrado ahora claramente. Esto es positivo para el país, que podría beneficiarse de un nuevo rumbo y propuestas más razonables, acorde con lo que quieren los ciudadanos.
Massachusetts no puede tacharse de radical ni de Republicano, por eso la elección de Brown es particularmente significativa, y habla de esos millones de ciudadanos que no quieren un gran gobierno federal metiendo las narices en todos los temas, y sí prefieren conservar las libertades que les garantiza la Constitución. Una enorme lección de libertad y democracia para aquellos Demócratas que pensaban que podían hacer y deshacer lo que les daba la gana, y para esa opinión pública mundial y esos medios de comunicación que aún no se enteran de lo que valoran los norteamericanos ni comprenden este país en lo esencial.

Frente a una Martha Coakley que ha hecho una campaña electoral penosa, hemos descubierto a un Republicano, Scott Brown, independiente, conservador, y moderado, que ha peleado cada voto puerta por puerta. La lección para el Partido Republicano es que con candidatos conservadores moderados se puede barrer electoralmente porque se conecta mucho más con grandes capas de la población. Algo a tener en cuenta en próximas elecciones. Porque esta elección deja otra lección importante: el valor decisivo de los votantes independientes, que han sido mayoría en Massachusetts, han inclinado la balanza definitiva a favor de los Republicanos.
¿Qué podemos esperar del nuevo Senador? Scott Brown es defensor de la disciplina presupuestaria, considera la reforma sanitaria impulsada por la Administración Obama (en su estado actual) demasiado cara y que aumentará el déficit, está en contra del impuesto a los bancos propuesto por Obama, y tiene posturas conciliadoras en temas de aborto y uniones de gays y lesbianas, aunque defiende el matrimonio tradicional entre hombre y mujer.
Este resultado electoral ha hecho realidad uno de los eslogans de la campaña de Scott Brown, que parece más acertado que nunca:
Con todo el respeto, este no es el escaño de los Kennedy. Este no es el escaño de los Demócratas. Es el escaño del pueblo”.
Y el pueblo ha tomado su decisión.




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