Hay un antiguo dicho que reza así: “Clavo que asoma, martillazo que se lleva”. Dicho y hecho. La “Operación Martillo”, liderada y coordinada por Estados Unidos para luchar contra el narcotráfico en Centroamérica, ha permitido reducir un 62% el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, que no es moco de pavo. Los martillazos han dado resultado. El otro 20 por ciento se dirige hacia Europa y un 18 % hacia diferentes países del Caribe. Áreas muy necesitadas de certeros martillazos.
Con la alianza de otros 13 países latinoamericanos en las áreas marítimas centroamericanas desde el año 2012, se ha logrado esta reducción de drogas y otras sustancias que consumen las gentes del vicio, procedentes de Sudamérica. La operación es coordinada desde el Comando Sur del Ejército estadounidense, que tienen experiencia demostrada en esto de dar martillazos, con la participación entusiasta de la DEA, la DIA, el FBI, y la CIA. El equipo Visitar Abordar Buscar y Encontrar (BVSS) de la US Navy, asignado a la fragata estadounidense USS Curts FFG 38, es uno de los que encabeza la Operación Martillo.

El éxito de este operativo militar y de inteligencia ha sido tal que se continuará con esta estrategia para reducir el impacto del narcotráfico en la región. La “Operación Martillo” se puso en marcha en el año 2012 y sólo un año después, ya en 2013, los resultados fueron esperanzadores: 131 toneladas de cocaína, 4,000 gramos de heroína, 14,563 kilos de marihuana incautadas, y 295 narcotraficantes capturados.
Dos de los aspectos más determinantes han sido la información de inteligencia y la cooperación estadounidense para la incautación de las embarcaciones que transportan droga por mar. El tercero, sin duda, el esfuerzo que los países centroamericanos están realizando para combatir esta lacra de la droga que sólo conlleva violencia y muerte.

La “Operación Martillo” ha permitido golpear duramente a unas redes del narcotráfico realmente peligrosas, y su éxito se extiende también a Estados Unidos, donde se ha reducido el consumo de estupefacientes. La clave para aumentar los éxitos logrados es la asignación de más recursos económicos, tecnológicos y humanos que estamos solicitando para la continuación de esta operación internacional. Uno de los pasos es el reforzamiento de la cooperación con el Centro de Monitoreo Antinarcótico con sede en el aeropuerto de Comalapa, El Salvador, desde donde los aviones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos realizan vuelos de detección sobre las costas del Pacífico, y que han contribuido eficazmente a la incautación de decenas de toneladas de drogas que eran transportadas en embarcaciones en estos dos últimos años, y la expansión de este tipo de vuelos a otros puntos que hemos señalado con insistencia.